Ya lo decía el escritor:”No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas”.
Eran las ocho de la mañana cuando pasó por delante de su casa como cada día durante su paseo matinal.Nunca habían llegado a más que miradas.Aquel día algo cambió.La vio en el patio al lado del tendedero .Tan hermosa como siempre.Se acercó por detrás y después de unas caricias hicieron el amor allí mismo.
Ella lo esperó al día siguiente pero él nunca más apareció.
A partir de aquel día nunca más miró a un pastor alemán.
Esos amores de juventud motivados por la componente exótica del otro... en fin.
ResponderEliminarCon lo estable que habría sido la relación con un podenco andaluz o un perdiguero de Burgos, incluso un mastín del Pirineo.
Esas pequeñas decepciones ayudan a madurar.
¿Amor canino? Quina imaginació!!
ResponderEliminarEstoooo...
ResponderEliminarCollons,nena,si llega a enamorarse de un caimán no quiero sabe como habría acabado la cosa.
Jijiji
Superoriginal,Anna,que pasada
¡Ostras! Qué bueno! Por un momento mi sórdida mente ya se había imaginado una parafilia.
ResponderEliminar¡Ay, ay, ay! Estas deformaciones profesionales tienen un peligro que ni te cuento. jejejejejeje.
Todos son iguales!! En cuanto consiguen lo que quieren, si te he visto no me acuerdo... que jeta tienen los chuchos!!! jejeje
ResponderEliminarShemba
Hizo bien. Se veía a la legua que una relación entre una Yorkshire y un pastor alemán no funcionaría.
ResponderEliminarJAJAJA!! No me esperaba ese final, ¡qué bueno! me ha gustado mucho.
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