Seguí el camino de velitas que me dirigían al salón, donde me esperaba con una fantástica cena:
- Vamos a dar la vuelta al mundo: caviar, hummus, pastela, quesos, shushi…
- Uhm… falta algo de Australia – dije burlándome.
- ¿Seguro? Mira en la bandeja.
A la semana siguiente disfrutábamos de una bonita puesta de sol en el Uluru.
Otro micro, más cursi, pero compensa la tristeza del anterior, jejeje.
ResponderEliminarCon qué en la bandeja había un billete de avión, eh!
ResponderEliminarPues es un regalo espléndido...
Yo esperaba que hubieran unos filetitos de canguro. Los he probado y están muy ricos.
Jeje!!
Muy bueno, Darth.
Thanks, Pep.
ResponderEliminar¿Está rico el canguro? me gustaría probarlo, pero tendría mi regomello, es de esos animalitos que da cosa comerse.
Joer,¿dónde están los tíos así?.
ResponderEliminarMuy romántico
Yo quiero!!! jajaja.
ResponderEliminarEsther.
No, no, éste no es romántico. No hay sufrimiento, no hay dolor ni pérdidas, amores imposibles y locos. Todo es placer. ¡Buuuuuuuu!
ResponderEliminar(¡qué mala es la envidia!)
Yo me pido unos filetes de pechuga de avestruz, pliz.
¿Esto no debería ir entre los relatos de ciencia-ficción?
ResponderEliminarBueno, tal vez ella acepte ponerlo en alquiler a la vuelta de vacaciones, no hay que perder la esperanza.
Así cualquiera , en la bandeja lo tienes, hasta los sueños...
ResponderEliminarJoooooooooooo y estos hombres donde se esconden??????? jejejeje
ResponderEliminarEsto es romántico y lo demás son tonterías.AINS!
He de confesaros que el tema de la casa a oscuras, velitas por el pasillo hasta el salón, una cena con "delicatessen" y tal, es real, a mi me lo hizo un día Antonio. Lo del viaje no, ojalá, pero no.
ResponderEliminarDarth
Oye... tu Antonio no dará clases no?? Joooo!!! A mi nunca me hacen cosas de estas!!! Yo quiero!!! Jo!!! Que triste!!!
ResponderEliminarShemba