Acababan de hacer el amor.
Él la quería con locura y estaba dispuesto a lo que fuera para satisfacerla.
Ella lo sabía y se lo dijo. Le explicó que no lo olvidaría nunca y que a partir de entonces formaría parte de ella.
Él no opuso objeción y sumiso, se dejó devorar.
Era el inconveniente de ser amantis religiosa macho.
Joder! Qué final más carnívoro! :)
ResponderEliminarJajajaja
ResponderEliminarGenial,absolutamente genial
Y ahora que lo pienso...Las mantis religiosas macho no se pueden tirar el pegote,¿no?
Así me gusta.La mujer al poder jajajajajaja.Yo me hubiera comido más de uno si hubiera sido una amantis juasjuas.Genial.
ResponderEliminarSiempre me han gustado estos machos tan consecuentes con su propia naturaleza.
ResponderEliminarUinsss... hay que joerse!! Y q estos siempre acaben igual... jejeje
ResponderEliminarShemba
Jujujuju! Amor caníbal má bien. Éste no es de usar y tirar sino de usar y aprovechar. :D
ResponderEliminarLa Ripley
Ajá! así acuerdan las mantis sus relaciones...
ResponderEliminarPobre mantis macho, debe estar muy enamorado para dejarse hacer cualquier cosa...