Hacia frio aquella mañana en aquel pueblo de Granada, estabamos en Enero, corria el año 1954 y el niño se desperto con la llamada de su madre, que desde la cocina mencionaba su nombre con una dulzura extrema pero energica, era el santo de su primogenito y unico hijo, de momento ya que con los años tuvo dos hermanos mas, pero eso ya es otra historia.

El niño se levanto y acudio a la llamada de su mama, esta al verlo se enfado, ya que acudio descalzo y mal vestido,....

-- mira que si se me resfria este niño¡¡¡¡¡ dijo ella para sus adentros.

Lo llevo en brazos hasta la habitacion y lo puso como Dios manda, no estaba la cosa como para ir al medico.

Desayunaron los tres, unas sopas de pan con leche para Sebastian que le gustaban una barbaridad, aunque al principio siempre le puso pegas al sabor de la leche, pero al final se tuvo que acostumbrar, no habia mucha variedad y la vida no estaba para lujos.

--Sebastian, hoy es tu santo y vamos a ir al pueblo a ver a los abuelos y a los titos a ver si te han hecho algun regalo asi que portate bien y no te vayas a mear que ya eres grande...y si tienes ganas me lo dices, no vaya a pasar como el otro dia que te measte encima de la ropa de los domingos y seguro que se notara en la foto que te hicimos....no seas marrano.

-- No mamá...no te peocupes que te lo digo....si tengo ganas...

Llegaron al pueblo desde la Picadora, eran seis kilometros andando y el niño no se habia quejado esta vez, pero seguro que a la vuelta escuchariamos la cancioncilla de....

--me duelen las pernas, plantandose delante de su padre para que lo tomara a coscoletas.

Besos y mas besos de todos los miembros de la familia, era el primer sobrino y por lo tanto tambien el primer nieto y todo eran atenciones, achuchones y parabienes para el Chanete.

--Sebastianico ve al dormitorio de los abuelos y mira lo que hay alli, dijo su tita Rita a su queridisimo sobrino, al que queria mas que a nada.

El niño entro corriendo y se encontro con un precioso caballo de carton, casi tan grande como el, de color marron y sobre una tarima con cuatro ruedas.

Lo cogio de las riendas y lo saco de la habitacion lleno de emocion y alegria y fue recibido con aplausos al salir al patio donde todos estaban expectantes de la cara que el niño tenia por recibir este regalo que tanto esfuerzo economico les habia costado comprar a sus titos.

Sebastian estaba exultante inventandose mil hazañas con su caballo, tiraba de el por las riendas imaginando toda suerte de aventuras.

En una de aquellas se dijo que su caballo necesitaba beber agua y no se le ocurrio otra cosa que salir calle abajo hasta el pilar donde van a beber las bestias y con la inocencia propia de su edad metio al caballo a saciar la sed de la que estaba tan necesitado el animal.

No se demoro la cosa mucho rato y cuando saco al caballo del agua, este estaba medio desmontado, el agua habia hecho estragos y del caballo no quedaba apenas las patas que seguian pegadas a la tabla ya que la cabeza y el lomo se habian quedado irreconocibles....

Al ver este suceso, el niño se puso a llorar desconsoladamente y subiendo calle arrina con lo que le quedaba de su precioso alazan se planto e la puerta de la casa llorando a moco tendido.

Ante tales muestras de llanto, salieron a la puerta todos los miembros de la familia y comprobaron que del precioso regalo apenas si quedaban algunos restos adheridos a la tabla con ruedas y la confusion fue grande ya que no sabian si reñir al niño o echarse a reir ante las explicaciones de Sebastian que entre espasmos mencinoaba la sed del equino.

Despues de comer y de una sobremesa larga y comentada marcharon de nuevo a su hogar, iban los tres carretera abajo con el niño sobre los hombros ya que le dolian las pernas y con la promesa de ver si se podia conseguir otro caballo......este que no tuviera sed.