Siempre le dije que no era cierto pero nunca me creyó.
Sus dudas se me clavaban como puñales invisibles hasta que dije basta.
No había suficiente espacio para sus celos y el portazo resonó por todo el edificio que se tambaleó como mi corazón.
Sus sospechas infundadas fueron la causa de su marcha. La perdí y aún ignoro su motivo.
Que duro!! Perder así a alguien sin haber motivos reales!!! Igual ella buscaba alguna excusa eh??
ResponderEliminarShemba
Seguro q algo había hecho.
ResponderEliminarSiempre son inocentes hasta que se demuestra lo contrario.
ResponderEliminarmmm
ResponderEliminarNo sé porque las palabras del maromo me suenan a excusa.
Que digoyo que si tan harto estaba de celos "injustificados" el del portazo hubiera sido él,¿no?
Pero lo mismo no hemos captado el verdadero mensaje
¿Se nos escapa algo?
Tendríais que haber visto como se puso quién yo me sé, cierta vez que un amigo me hizo la "gracieta" de rociarme con un perfume que llevaba en el coche.
ResponderEliminarJejeje, algo de lo que dices me había imaginado Pep.
ResponderEliminarEn este micro estoy en que no me he perdido nada. Ya estaba yo esperando que llegara un relato de celos y éste es muy bueno. Sí, sí. Me gusta.
La Ripley, coñe
Muy bueno Pep.Los celos son muy malos.Mucho peor para quien los padece que para quien los sufre (eso dicen, yo no lo sé)
ResponderEliminarJoder... ¿no hubiese sido más fácil ir a terapia de pareja que terminar así? pobrecillo!
ResponderEliminarDarth
Los celos, malos consejeros si son sin fundamento y si lo tienen, hay que aplcarlos, la confianza es la madre de toda relación humana.
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