Pequeña historia de una infancia dichosa

Nací en el seno de una familia numerosa de 7 hermanos hace un montón de años, mi memoria aún perdura en mi tierna infancia, que cosas, sigo siendo un niño muy dulce.

Recuerdo de mi niñez aquellos despertares de verano, mi casa era un primer piso, casi un bajo.La habitación que me vio nacer era pequeña, hijo de obrero del metal, ¡cuanto tuvo que trabajar mi Aita!, mi padre para que entendáis.
Esa angosta habitación albergaba dos literas en las que dormíamos los varones de la familia, si querías dormir más de la cuenta era tarea imposible, el jolgorio que se formaba era de patio de colegio en esa jauría que resultaba hasta odiosa, tu queriendo dormir y tus hermanos despiertos como holgazanes, pero lo recuerdo con ternura, los años le hacen a uno dulcificar los recuerdos.
Mi infancia fue muy bonita, todavía el progreso era tenue en España, salías a la calle desde tu casa sin el temor de ser atropellado por un coche,pasaba uno cada hora y si coincidía, así que en cuanto desayunabas, tu amatxu te echaba a la calle para poder hacer sus labores y tu como un energúmeno y sin remedio, obedecías sin rechistar.
Al salir del portal siempre cruzaba corriendo la calle, escalaba la tapia de piedra que de tanto pisarla hasta tenía mi marca de apoyo. Una vez arriba, vista a la ermita que me dio la que me dio esa agua vendita que te hace Cristiano por la gracia de Dios y la costumbre de aquellos tiempos, cosa que ahora no "comulgo" y valga la ironía.
Que cosa más curiosa, yo ateo y me crié alrededor de una Iglesia, tiene tela.
Mi infancia fue como la de cualquier niño de campo, pero en pleno barrio de la periferia de Bilbao, que en los años 60 como supondréis, eran cuatro casas y para de contar, el resto campo como en cualquier pueblo.Jugué a los mismos juegos que mis abuelos, recuerdo en especial "Campo Quemado", para los que pasáis de los 40 años os hará esbozar una sonrisa la recordarlo.
¡Que recuerdos!, una niñez plena en una familia numerosa, el sexto de siete hermanos, donde la hora de comer era puro subsistencia si querías pillar cacho y el griterío ni te cuento, criarse en una familia numerosa es ciertamente difícil si eres listo te bajan los humos y si eres bueno te comen la tostada, así que yo tiré por la calle del medio y así conseguí pasar inadvertido, que es como mejor se vive en la dura guerra de la vida.