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La presidenta del rellano.

(1)intelligentsia o, en caracteres castellanos, inteliguentsia (del Latín intelligentia) es una clase social compuesta por personas involucradas en complejas actividades mentales y creativas orientadas al desarrollo y la diseminación de la cultura, incluyendo intelectuales y grupos sociales cercanos a ellos. El término ha sido tomado del ruso интеллигенция (transliterado como intellig(u)éntsiya), o bien del polaco. Los dos, a su vez, derivaron de la palabra francesa intelligence. Al comienzo, el término se aplicó en el contexto de Polonia, Rusia y más tarde, la Unión Soviética, y tuvo un significado más estrecho basado en la autodefinición de una cierta categoría de intelectuales.

miércoles, 7 de abril de 2010

PETER NORTON Y LOS GEMELOS




Capítulo I

Peter Norton nos adoptó un sábado 15 de Diciembre a mi hermana y a mí.Teníamos cinco años.Él era un hombre de mediana edad, alto y delgado…de tez blanca y azulados ojos.Una criatura exótica y elegante, ingeniosa, mordaz, compasiva…con vocación de padre.
Nos recogió a las doce del mediodía.El camino hacia casa, aunque duró algo más de tres horas, se nos hizo muy corto.En el coche, con las ventanillas bajadas podíamos oler la tierra mojada de los bosques al pasar, y podíamos observar los picos más altos de las montañas espolvoreados por la nieve.Un paisaje maravilloso.
Llegamos a nuestra nueva casa hacia las tres y media de la tarde.Bajamos del coche correteando y nos dirigimos hacia la puerta .En cuanto la abrió vimos que la casa era muy grande, de aspecto académico, pues estaba atestada de libros de todas medidas y grosores.Tenía seis habitaciones, y nos tocó la más pequeña. Una habitación que estaba justo al lado de la cocina y que daba al patio trasero.Tenía una pequeña ventana por donde pasaban tímidamente los rayos del sol. En cada lado de la habitación había un colchón de lana, y en cada una de las dos paredes laterales, justo por encima del colchón y colgado en la pared, nuestro nombre en madera tallado a mano. No había nada más, pero lo agradecimos.Era mucho más de lo que habíamos tenido hasta entonces.

Capítulo II

El lunes a las ocho se fue y nos dejó solos, sin decir nada y sin despedirse. Asumimos que se iba a trabajar y que posiblemente no nos dijo nada al creernos dormidos.Teníamos el desayuno preparado y nos lo tomamos con mucho apetito hasta quedar saciados.Durante los diez minutos siguientes reinó en la casa un silencio sólo interrumpido por el cantar de algún pájaro y el ruido amortiguado de la gente que pasaba por la calle.
Estuvimos el resto del día solos.Jugamos en el patio con alguna pelota, y luego nos hechamos en la hierba a contemplar el cielo y los aviones pasar.
A través de las ventanas del comedor veíamos la gente andar y correr. Los niños iban con sus padres de la mano, con sus mochilas en la espalda camino de la escuela. Algunos caminando al lado de otros, todos corriendo y saltando de alegría … llenos de vida,llenos de juego. Nos sentimos tristes y nos preguntábamos porque nosotros estábamos encerrados en casa, solos. Mi hermana empezó a llorar y al rato, nos quedamos abrazados en mi cama, dándonos calor el uno al otro.
Cuando Peter llegó a las cuatro de la tarde lo recibimos emprendiendo una larga carrera por el pasillo y acabando en sus fuertes brazos, que nos acariciaban con el cariño que tanto necesitábamos. Traía unas galletas que merendamos con mucho gusto.
Después de todo nos acercaba al parque. Y así día tras día. Era el momento que más disfrutábamos. El momento más esperado.Nuestro momento de libertad y de movimiento.
Allí estábamos los tres ,juntos en nuestra salida diaria al parque,sentados en un viejo banco de mármol ,mordido y amarilleado por la lluvia y el tiempo.Cuando acabó de leer su periódico seguimos nuestro paseo caminando uno al lado de otro,siguiendo el mismo compás de sus pasos.Al rato nos pusimos a correr, rodeando todos los árboles del jardín sumidos en un divertido juego
El parque seguía tan inmenso como siempre y ambos sentimos el impulso irresistible de disfrutar los últimos rayos de sol de este día en libertad.

Capítulo III

Pasamos nuestra adolescencia entre la casa y el parque. Solo veíamos a nuestro padre, y a ratos jugábamos con los niños, pero enseguida nos llamaba cuando veía que nos alejábamos un poco.
Mi hermana y yo cada vez estábamos más unidos, y llegó un punto en el que nuestro amor pasó a ser más profundo. Una noche ambos estábamos sentados en el patio y empezamos a acariciarnos cuando la luna fue testimonio de nuestro amor.
Mi hermana quedó en estado y cuando padre notó su embarazo quedó recluida en casa sin poder salir.Durante un tiempo los paseos por el parque fueron aburridos y monótonos .Los árboles parecían estar tristes, la luz parecía más tenue y me daba la sensación que los pájaros callaban al oír mis pasos.
A los tres meses de nacer nuestros hijos se los llevó.
Siempre recordaré aquel miércoles, cuando padre cogió con sumo cuidado a los pequeños y regresó al cabo de unas horas…solo, dejándonos a mí y a mi hermana en una tremenda desesperación que él pareció ignorar.

Capítulo IV

Han pasado 7 años desde nuestra adopción y no hemos sabido nada de nuestros pequeños.
Padre sigue dejándonos solos todo el día, encerrados en casa con llave y nosotros seguimos recibiéndolo con alegría, y él nos abraza y nos besa, igual que hacía el primer día. Nos trae galletas, nos cuida, nos mima.
La vejez nos acompaña a mi hermana y a mí. Seguimos saliendo al patio cada noche, ladrando a la luz de la luna…cada vez más distante…cada vez más clara.