LLUVIA Y SAL

El domingo pasado me encontraba en Edimburgo, pasando unos días en casa de mis suegros, cuando, a la hora del té, empezó a llover suavemente,como casi cada día. Detrás de los ventanales de la casa, situada a ras de playa,el mar, el cielo y la arena se superponían en un vaivén irregular de transparencias  grises.Las nubes eran cada vez más densas, y yo empezaba a sentir el frío que habitaba el otro lado del cristal.

Presa de un fuerte deseo de pasar al otro lado de la ventana me escabullí discretamente. Las voces de mis hijos hablando con sus abuelos y el chirrido de los goznes de la puerta al cerrarse se fundieron en un sonido único que se apagó de golpe, tragado por la espesura de los muros  y el repiqueo de la lluvia que caía ya con fuerza encima de las losas de la parte delantera de la casa. Pasé con sigilo, pisando la lluvia con el cuidado que merece mientras por mi nariz subía el aroma fundido de todas las flores del patio delantero.

Caminé diez minutos, los que separan la casa de la playa de Portobello.Llegué al promenade, el paseo marítimo.Me quedé un rato mirando como el agua del mar se alejaba de la costa.Quizá estuve dos horas sentada en aquel banco de piedra blanco, perdiendo la noción del tiempo mientras contemplaba aquella naturaleza tan viva y tan fuerte.El mar estaba ya lejos, y encima de la arena había un montón de mejillones y pechinas.

Decidí quitarme los zapatos y caminar hacia la arena.Los tablones de madera del paseo brillaban, encerados de lluvia. Mi mente se deslizaba dentro de un paisaje de manchas en perpetuo movimiento. Después de una larga caminata empecé a notar como mi abrigo, empapado de lluvia, pesaba demasiado. Cansada me senté sobre la arena porosa. Las nubes  se quedaban adheridas en capas movedizas encima de la película de agua dejada por el mar al retirarse. De él solo se oía el rumor. La lluvia  había cesado.

Me quedé allí sentada durante horas, fundida en un pensamiento que ahora no consigo recordar por más que lo intente.Hasta que oí a mis hijos llamándome:

“Mamá, es hora de desayunar, despierta que tenemos hambre”

Una de ayer y hoy

Está muy claro: Ningún tiempo pasado fue mejor.
Pero últimamente no se que pasa,que sin darme cuenta,sin darme cuenta,estoy empezando a comparar y resulta que todo “lo de antes” me resulta mucho más atractivo,y no sé yo si será por la edad,el mal gusto o el inicio de la menopausia,pero sinceramente me preocupa.
Si,ya sé que “en mis tiempos” hacíamos las cosas de otra manera;por ejemplo dejábamos que los chavales te pagaran el cubata y todo por el módico precio de un baile,que es verdad que fue en esa época cuando yo dejé de creer en Dios,por que empecé a plantearme que si Él estaba en todas partes,entre aquel pesado que bailaba conmigo y yo misma el pobre se debía de haber ahogado.
En cambio ahora todo se paga a escote.Si,si,mucha liberación para la mujer,pero que quieres que te diga,seguimos fregando los suelos y ADEMÁS nos pagamos el cubata.Mal cambio.
La ropa es otra.
Vamos a ver ¿Por que se entusiasman tanto los jovencitos de hoy en día por ir enseñando sus gayumbos? Pero a saco,¿eh?,que el otro día en la piscina había dos niños de unos dieciseis años con sus bañadores super-largos y con un montón de florecitas,y mariposillas...y bajados hasta el medio del culo para enseñar sus calconcillos a rayas marrones y blancos.
Con lo bien que íbamos nosotras con aquellas faldas rectas y chaquetas con hombreras,con nuestro maquillaje descarado y nuestro peinado de permanente a lo afro,que solo tienes que ver a Alaska en la etapa de la movida madrileña...o a los de Boney M
Lo único que me gusta a rabiar es el tema de la educación de hoy.Los chavales pueden sentirse orgullosos de haber acuñado palabras como generación nini,o grafismos como “ke kieres ke te kuente”.Ahí nosotros la cagamos,he de reconocerlo.Nosotros nos quedamos con palabros insignificantes como “guay” o “mola”
Y de la música ¿qué?
Aquí ya puedo hinchar el pecho...bueno,no mucho que luego tapo el ordenador y no veo la pantalla,pero ya me entendeis,¿no?
Los pobres niños de hoy en día se tienen que conformar con una Shakira o una Nena Daconte,que me vais a perdonar,pero es de juzgado de guardia.Vale,la primera está buena y se mueve bien,con unas coreografías ablosutamente fáciles para que nuestros ninis no se tengan que romper el cerebro (¿Que cerebro?,ja,ja) aprendiéndolas.Pero la segunda...¿Alguien me puede explicar que tiene la Nena Daconte?.Aparte de una voz de pito,claro
O sino,David Bisbal,que cuando le oyes cantar “Ave maria,¿cuando serás mía?” te dan ganas de contestarle: Cuando te calles,guapo...y con la condición de que te mantengas callado
En cambio nosotros coreábamos a grupos como Mecano (¿os acordais de “no es serio este cementerio”?,¡Qué temazo!) o los Pecos
Oooooooohhh los Pecos
Eso,eso eran canciones romáticas,que cuando oías al rubito cantando “yo me dormía y al rato moría por estar ausente de tí” se te ponían los pelos como escarpias;coño,incluso ahora me pasa
En cuanto a películas vamos a correr un tupido velo sobre el tema,no sea que me caliente...
Que coño
¿Alguien se ha podido tragar entera “ultimatum a la tierra”?,y me refiero al remake
O peor,¿alguno de vosotros ha podido con la saga de “Crepúsculo”?
Pues eso,que ahí tenemos a nuestros ninis vestiditos de negro y esperando ser mordidos por su vampiro particular.
¿Y nosotros?
Jo,anda que no me reí yo ni nada con el estreno de “loca academia de policia”
Pero la uno,¿eh?que las demás ya no tuvieron la misma gracia
En fin,que visto lo visto,ya no sé que es preferible,si lo nuevo o lo antiguo.
O una mezcla no estaría mal ¿no está de moda ahora la fusión de estilos?
Pues eso,que pagaría por ver a Lady Gagá cantando “el gato que está triste y azul”,o a Abba cantando “looking for paradise”
Pero,eso si,a mi Tino Casal,que nadie me lo toque
http://www.youtube.com/watch?v=-tZVHCkrmjo

Balas al amanecer

Grandes almacenes de Bélgica
22/01/2010
08:37 AM

Un hombre con gabardina salió de la cafetería y se acercó a un policía que estaba de espaldas, le bajó la chaqueta a la altura de los codos y le pegó dos tiros en la nuca con su USP .45 Tactical, la gente se quedó petrificada y no salieron corriendo hasta que aquel hombre pegó otros dos disparos a un joven estudiante de intercambio que estaba hablando con aquel policía.

Antes de que la gente se dispersara mucho, el hombre sacó un subfusil FN P90 que tenía escondido en la gabardina y abrió fuego contra la multitud, le daba igual quien fuese su blanco, no distinguía entre hombres, mujeres, niños o ancianos.

Las ráfagas de la P90 ahogaban los gritos de la gente, el suelo era como un lago rojo, algunas personas resbalaban con la sangre y caían, siendo así un blanco fácil para él.

El hombre se paseaba con toda tranquilidad y en silencio, mientras su subfusil hablaba por él y daba acción y terror en el ambiente. Algún que otro policía se intentaba hacer el héroe, pero el hombre de la gabardina era más rápido, se notaba que era un tirador experto.

Era un panorama aterrador: mujeres llorando y chillando, un padre lamentándose de la muerte de su hija, gente muerta por culpa de la estampida de personas y los disparos, policías sin el valor suficiente para salir a por él, niños y niñas en shock por lo que estaba sucediendo, dependientes escondidos detrás de los mostradores y aquel hombre de la gabardina paseándose placidamente por el gran almacén disparando a bocajarro.

Aquél día seria recordado en Bélgica toda la vida.

UNA LUZ EN LA NIEBLA

UNA LUZ EN LA NIEBLA

Los precios marcados en tiza decoraban la barra del bar. Había llegado allí por accidente como consecuencia de una sustitución en la empresa donde trabajaba.
Me preguntaba que era lo que ocasionó mi súbito cambio de ruta en la venta de los artículos que representaba por parte de aquel despótico gerente, cuya vida sólo tenía significado si podía manipular según su antojo a los vendedores, sin importarle lo que pensaban estos al
respecto, ni si les era un inconveniente hacer esos cambios. O lo aceptabas o a la calle y no había réplica posible.
A parte de mi cabreo, se me hizo muy difícil contactar con los antiguos clientes de mi antecesor y que estos me tuvieran la suficiente confianza como para seguir aceptando de mis manos, los mismos productos adquiridos desde siempre. Eso representó una enorme pérdida de tiempo en mi agenda además de no saber a ciencia cierta hacia donde me dirigía.
Mi destino final a tan agobiante día laboral era una humilde pensión en las afueras de Girona, pero una súbita y espesa niebla en una carretera comarcal por la que no había circulado en mi vida, originaron que me perdiera totalmente y sin saber que otra ruta tomar para volver a la carretera nacional. Eso, sumado a la fatiga de la jornada, originó que hiciera una parada en el próximo lugar habitado que me encontrase, para poder descansar un poco al tiempo para tomar también algo caliente que me despejara un poco la mente y así poder seguir mi tardío camino hacia el obligado reposo diario.
No pude ver el nombre del pueblo en el que había llegado, pero una tenue luz en medio de aquella asquerosa niebla me llamó la atención y con escasa alegría me di cuenta de que se trataba de un bar en el que podría solucionar parte de los problemas de mi incómoda jornada.
Cual fue mi sorpresa al entrar en aquel impersonal local, en ver que la clientela brillaba por su ausencia y a parte de la pizarra con los precios de lo que allí se ofrecía, también decoraban el austero bar, una antigualla de cafetera, la típica máquina tragaperras, las destartaladas y obligadas mesas y sillas y la correspondiente estantería a rebosar de los típicos licores y demás bebidas alcohólicas. No había nada más a resaltar salvo un silencio sepulcral.

-. ¡Hola! – Grité para llamar la atención del responsable de aquel desértico establecimiento.

Al cabo de unos instantes apareció ante mis ojos como si saliera de la nada, una esbelta mujer de rostro pálido y mirada triste. Era muy guapa y su hermosura me perturbó.

-. Está cerrado – Me dijo cortés y tajantemente.

Me sentí la persona más desgraciada del mundo, sin embargo y haciendo gala de gran educación por mi parte, le pedí disculpas por invadir la estancia a tan tardía hora no sin antes preguntarle si sabía de algún pequeño hotel o pensión en aquel desconocido lugar donde pasar la noche. La respuesta fue más que sorprendente.

-. Por aquí cerca no hay nada, pero si lo desea puede pasar la noche aquí. Con esa niebla y a estas horas no es muy conveniente circular por la carretera.
-. No querría molestar – Objeté sin demasiado
convencimiento.
-. No es molestia. Hay una habitación vacía detrás de la cocina. ¿Quiere verla antes de decidirse?

Fui detrás de ella como un autómata, adentrándonos en una pequeña cocina que supuestamente era donde preparaba los bocadillos y otros platos sin prestarle demasiada atención. Al otro lado había una puerta que aquella enigmática mujer abrió de par en par para dejarme paso después. Estaba completamente a oscuras.
De pronto oí cerrarse la puerta detrás de mí al tiempo de darme la vuelta y advertir como la piel de pronto desnuda de aquella hermosa fémina, irradiaba un color casi fluorescente mientras se acercaba a mi estupefacto rostro. Sin mediar palabra sus labios se pegaron a los míos mientras con un brazo me rodeaba la cintura y con el otro me apretaba la cabeza para que no pudiera despegarme de ella. Nos fundimos en un apasionante beso mientras percibía como por arte de magia que nuestros cuerpos se juntaban entre si en un abrazo sensual y extraño a la vez. El placer me embriagó y ante tanta pasión y sensualidad no pude resistirme a la entrega absoluta del éxtasis mientras cerraba los ojos y perdía así el mundo de vista.

El sonido de un motor me despertó de súbito. Tenía el cuerpo entumecido y cuando abrí los ojos no pude creer lo que estaba viviendo. Había quedado dormido encima del volante de mi coche y ya era de día. Salí del automóvil para que se me despejara la cabeza con la brisa matinal. El sol ya había salido en toda su magnificencia y el espectáculo que ofrecía era increíblemente bello.
Me di cuenta de que estaba al lado de una casa en ruinas y me pareció ver en ella algo inquietantemente familiar. En aquel preciso instante, llegó un tractor conducido por un hombre con indumentaria de agricultor y se paró justo delante de mi persona.

-. ¿Tiene algún problema, amigo? – Me preguntó con
amabilidad.
-. ¡Eh! No, no. Sólo estoy de paso – Le contesté aún con la
mente aturdida – Por curiosidad. ¿No sabrá usted que son estas ruinas? - Le pregunté intrigado.
-. Naturalmente que lo sé – Exclamó el hombre - Ese era el
bar de Manolo. Hace cosa de un año hubo un terrible incendio que acabó con su vida, la de su esposa y la de un desconocido. Las malas lenguas dicen que Manolo sorprendió a su mujer follando con un cliente y en un ataque de celos, les roció con gasolina y prendió fuego a todo. Creo que hasta salió en la "tele". Fue horrible…

Azur abrió la puerta del balcón y salió a la terraza a fumar, siempre fumaba fuera, aunque llevaba fumando desde hace 8 años (desde los 18) no soportaba el olor de tabaco en el ambiente ni en la ropa.

Sacó su paquete de Fortuna, tabaco de presidiario que le llaman, cogió un cigarro, se lo encendió y se sentó en la mecedora que le regaló su madre y contempló lo que sucedía a su alrededor.

La vecina de al lado estaba regando las plantas, el vecino de enfrente estaba montando una fiesta por el cumpleaños de su hija, el del primero estaba regando su maceta de Marihuana y en el segundo…Estaba ella, la nueva vecina, a Azur se le aceleró el pulso, se le congeló el sudor y se le dilataron las pupilas.

Esa chica no era una persona, era un monumento, unos cabellos largos, rizados, teñidos de un rojo oscuro, no era la chica 60-90-60 pero a el le daba igual, era preciosa. Ella también estaba fumando. Había una bandera de España colgada de su balcón, por lo del mundial, una mesa y dos sillas, Azur daría su alma por estar sentado en alguna de esas con ella.

Sin dar ni siquiera una calada, el cigarro se consumió y una ráfaga de viento desperdigo toda la ceniza en su cara, con la mala fortuna de que le entrara en el ojo. La chica lo vio y esbozo una sonrisa, Azur se fijo en ella y solo pensaba en que se lo tragara la tierra. La chica le dijo gritando:

-Estas bien?!
-Si, si, tranquila, en peores plazas hemos toreado, jeje je
-Jajaja

La chica entró dentro, Azur se encendió otro cigarro al cabo de 12 min salio la chica y le dijo:

- He preparado café, quieres?
- Vale! – dijo todo emocionado.

Salió de casa como alma que lleva el diablo, fue al bloque de enfrente, pico en el 2º y entro, se fijo en los buzones y descubrió el nombre de la chica: Slania.

Slania le estaba esperando en la puerta, le invito a pasar se dirigieron al balcón.

Como le alegro eso a Azur hace unos minutos soñaba con estar sentado allí y su deseo se cumplió.
Azur saco su paquete de tabaco y le ofreció un cigarro, ella lo rechazo educadamente:

-Solo fumo Camel, gracias- dijo

Estuvieron horas, horas y horas hablando, cada minuto que pasaba, mas grandes eran el brillo de sus ojos y mas hablaban para conocerse mejor.




Azur la invito a cenar a un restaurante italiano que había cerca del bloque. Ella se fue a vestir para la ocasión y Azur fue a casa a cambiarse, la ropa le olía a tabaco.
Entro en casa se cambio y se fue a buscar a Slania y fueron a cenar. La cena transcurrió muy acaramelada con caricias y algún que otro beso. Azur se quedo atónito con lo rápido que fue todo y Slania tenia la misma sensación, pero todo esto no les importaba se querían, es lo que tiene el amor a primera vista.

La noche acabó como tenia que acabar, ella le invito a su casa. Al entrar por la puerta, Azur no tuvo ni tiempo para coger aire, cuando Slania cerró la puerta y se abalanzo hacia los labios de Azur, este chocó contra la puerta, pero eso no le impidió seguir besándola mientras le acariciaba el pelo de la nuca.

Slania lo agarró de la camisa y lo arrastro hasta su habitación, le quito la camisa negra que llevaba, así dejando ver el torso muy bien esculpido y cuidado (como el autor de este relato, vamos) Ella, que estaba encima de el, empezó a besarle todo el cuerpo y fue bajando, bajando, bajando, mientras que a Azur le subía, subía, subía su “masculinidad”.

Ella agarro su miembro y empezó a pasar lengua por su glande hasta que se lo metió en su boca, el no podía ni respirar y ella cada vez estaba mas mojada, Azur le aparto con suavidad y le quito su vestido y el sujetador mientras la besaba. Slania se levantó de repente:

-Ay! Me he clavado la cremallera de tu pantalón! Jeje je
-Fácil solución…- Dio con picaresca

Se quito los pantalones y sus boxers, se levanto agarro a Slania de los hombros y la lanzo, literalmente, en la cama y le abrió las piernas con suavidad y caricias, la miro con cara perversa y le empezó a lamer la entrepierna despacio, como quien se come un helado, los gemidos de ella eran increíbles.

Slania no se lo podía ni creer, era el mejor sexo oral que le habían dado en toda su vida, agarró la cabeza de él y la trajo hasta su boca y se besaron apasionadamente, era como un duelo a muerte de lenguas, después ella agarro el miembro de él y lo introdujo en su vagina, el se estremeció de lo calientes que estaban las paredes vaginales de ella.


Eran como dos animales salvajes, para ellos no había nada a su alrededor solo estaban ellos dos fusionándose en uno.

El empezó a mover sus caderas despacio hasta que ella lo agarro con fuerza por las mismas y le aumento la velocidad. Los gemidos eran mas y mas grandes hasta que el se apartó, la cogió de la mano, la levantó y la empotró de cara al armario, ella se excito aun mas, se abrió de piernas y empotro sus senos contra el armario, el la agarro de las manos y la volvió a penetrar.

El armario parecía que se iba a derrumbar, ella ya no podía chillar mas y a el se le derramaba el sudor por todos los músculos de su cuerpo.

Slania se dio la vuelta, dio un salto y se agarro a el cruzando las piernas en su cintura y el la volvió a penetrar otra vez.
El suelo estaba lleno de lubricante vaginal, sudor y la temperatura del ambiente era como una sauna, parecían dos soles ardiendo calentando la habitación.

Terminaron en la cama con ella cabalgándole mientras el le manoseaba sus senos y lamiéndole sus pezones, cuando de pronto, los dos acabaron con un gemido que se escuchó a dos manzanas de aquella habitaron.

Todos los músculos se relajaron y después de más gemidos ahogados, por el beso apasionado que se estaban dando, se encendieron unos cigarros y se tumbaron los dos, Slania le dijo:

-Azur…
-Dime princesa
-Soy Seropositiva

Azur se quedó pálido….

-Es broma!- dijo ella detrás de una gran carcajada.

Azur le dio en la cara con el cojín.

Pequeña historia de una infancia dichosa

Nací en el seno de una familia numerosa de 7 hermanos hace un montón de años, mi memoria aún perdura en mi tierna infancia, que cosas, sigo siendo un niño muy dulce.

Recuerdo de mi niñez aquellos despertares de verano, mi casa era un primer piso, casi un bajo.La habitación que me vio nacer era pequeña, hijo de obrero del metal, ¡cuanto tuvo que trabajar mi Aita!, mi padre para que entendáis.
Esa angosta habitación albergaba dos literas en las que dormíamos los varones de la familia, si querías dormir más de la cuenta era tarea imposible, el jolgorio que se formaba era de patio de colegio en esa jauría que resultaba hasta odiosa, tu queriendo dormir y tus hermanos despiertos como holgazanes, pero lo recuerdo con ternura, los años le hacen a uno dulcificar los recuerdos.
Mi infancia fue muy bonita, todavía el progreso era tenue en España, salías a la calle desde tu casa sin el temor de ser atropellado por un coche,pasaba uno cada hora y si coincidía, así que en cuanto desayunabas, tu amatxu te echaba a la calle para poder hacer sus labores y tu como un energúmeno y sin remedio, obedecías sin rechistar.
Al salir del portal siempre cruzaba corriendo la calle, escalaba la tapia de piedra que de tanto pisarla hasta tenía mi marca de apoyo. Una vez arriba, vista a la ermita que me dio la que me dio esa agua vendita que te hace Cristiano por la gracia de Dios y la costumbre de aquellos tiempos, cosa que ahora no "comulgo" y valga la ironía.
Que cosa más curiosa, yo ateo y me crié alrededor de una Iglesia, tiene tela.
Mi infancia fue como la de cualquier niño de campo, pero en pleno barrio de la periferia de Bilbao, que en los años 60 como supondréis, eran cuatro casas y para de contar, el resto campo como en cualquier pueblo.Jugué a los mismos juegos que mis abuelos, recuerdo en especial "Campo Quemado", para los que pasáis de los 40 años os hará esbozar una sonrisa la recordarlo.
¡Que recuerdos!, una niñez plena en una familia numerosa, el sexto de siete hermanos, donde la hora de comer era puro subsistencia si querías pillar cacho y el griterío ni te cuento, criarse en una familia numerosa es ciertamente difícil si eres listo te bajan los humos y si eres bueno te comen la tostada, así que yo tiré por la calle del medio y así conseguí pasar inadvertido, que es como mejor se vive en la dura guerra de la vida.

El Conejo y el León

Esta fábula de Augusto Monterroso demuestra como las fuerzas de la naturaleza animal no son casi siempre las que suponemos.
Me pareción interesante que la leaís, sé que las normas dicen que tiene que ser relato de mi puño y letra, me pareció interesante compartirla con vosotros.
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Un celebre Psicoanalista se encontró cierto día en medio de la Selva, semiperdido.
Con la fuerza que dan el instinto y el afán de investigación logró fácilmente subirse a un altísimo árbol, desde el cual pudo observar a su antojo no sólo la lenta puesta del sol sino además la vida y costumbres de algunos animales, que comparó una y otra vez con las de los humanos.

Al caer la tarde vio aparecer, por un lado, al Conejo; por otro, al León.

En un principio no sucedió nada digno de mencionarse, pero poco después ambos animales sintieron sus respectivas presencias y, cuando toparon el uno con el otro, cada cual reaccionó como lo había venido haciendo desde que el hombre era hombre.

El León estremeció la Selva con sus rugidos, sacudió la melena majestuosamente como era su costumbre y hendió el aire con sus garras enormes; por su parte, el Conejo respiró con mayor celeridad, vio un instante a los ojos del León, dio media vuelta y se alejó corriendo.

De regreso a la ciudad el celebre Psicoanalista publicó cum laude su famoso tratado en que demuestra que el León es el animal más infantil y cobarde de la Selva, y el Conejo el más valiente y maduro: el León ruge y hace gestos y amenaza al universo movido por el miedo; el Conejo advierte esto, conoce su propia fuerza, y se retira antes de perder la paciencia y acabar con aquel ser extravagante y fuera de sí, al que comprende y que después de todo no le ha hecho nada.

Día D

Todas las noches lo mismo, un portazo a las 2 de la mañana, ojos inyectados en sangre, una peste muy fuerte a alcohol, discusión, golpes… muchos golpes, tortazos, puñetazos, patadas, todo esto con un son de unos insultos al fondo:

-Zorra! No sirves para nada! Te gusta, eh puta?! Ven aquí, como puta que eres te voy a dar lo que te gusta!

Solía abusar de mi durante media hora, nunca fue muy bueno en la cama ese maldito.
Al día siguiente todo eran disculpas y yo como una estúpida lo perdonaba, hasta que llegó ese bendito día…lo llamaremos “El día D”.

Ese día me desperté con una nota al lado ese maldito cerdo disculpándose, rompí el papel y fui a desayunar.

- Me merezco un buen desayuno- me dije.

Me vestí y bajé al café que hay en la plaza, el mayor lugar donde ir a tomar el mejor café y pastas de la ciudad.

Miré el reloj:

-Las once y media! Tengo que darme prisa!

Corrí como alma que lleva el diablo hasta la armería de la ciudad donde dos días atrás había encargado una .44 Magnum modelo 29, me encendí un cigarro y respiré hondo antes de entrar.

-Buenos días Harry.
-Bienvenida Sra. Ford
-Tenemos ya confianza suficiente, por favor, puedes llamarme Liberty.

Harry esbozó una sonrisa.

-Viene a buscar lo encargado?
-Así es, está todo en regla?
- Si, ningún antecedente penal, psicológicamente usted está bien y ya esta todo pagado, aquí tiene.

Abrió un cajón y sacó una caja que con un dibujo que ponía en grande S&W y una cajita con munición.

-Muchas gracias Harry, nos vemos.
-Que pase buen día, Sra. For…Sra. Liberty
-Ten por seguro que lo tendré.

Por fin la tenía en mis manos, al volver a casa la guardé en mi mesita de noche y preparé la comida. El dia transcurrió como todos, comí, recogí todo, me senté a leer mis novelas de Agatha Christie, cené y esperé despierta a ese cerdo miserable.

Él trabajaba de mecánico de camiones a las afueras de al ciudad desde las seis de la mañana hasta las nueve de la noche, pero se pasaba hasta las doce y media en un club de Striptease, el muy idiota se cree que no lo sé, una mujer siempre sabe más de lo que un estúpido hombre cree.

Escuché sus llaves abriendo la puerta, jamás ese sonido me había gustado tanto como ahora, yo estaba detrás de la puerta con mi nueva Magnum.

Cuando intercambiamos los votos nupciales nadie dijo: << Ahora puedes dar guantazos a la novia >>. Ahora que he cogido mi pistola, el amor no será lo único que haya muerto.
Cuando yo tomé tu mano no era para que me cruzaras la cara, mujer pequeña, hombre grande, solo eres un cobarde, mírate ahora lo valiente que eres cuando se amartilla el arma.

Ya no aguantaba mas, mi intuición solo dijo: << Carga el arma>>. Dieciséis balas tengo en el caso que fallé, ‘’Machote’’, ¿qué plan tienes para librarte de esto?

Te voy a llenar el culo de balas. Adivina quién es más grande ahora cuando apriete el gatillo, yo te lo diré, tú no lo eres. Cuando cargue con tu cuerpo hasta la entrada, desearás no haber dicho nunca: << Si quiero >>.

LO maté porque era MÍA.

No podía dormir. Entre el calor sofocante, sus ronquidos y una almohada que no se hacía a mi cabeza ni a mis cervicales, pasé una noche realmente mala.

Intenté cambiar de posición mil veces pero si me ponía hacia arriba notaba que la cabeza se quedaba demasiado adentro de aquella mullida almohada, a pesar de los golpes que le di para ahuecarla. Si me ponía de lado el cuello cogía una posición demasiado forzada, lo mismo pasaba cuando intentaba ponerme del otro lado. Boca abajo ni lo intenté.

Yo no paraba de mirarlo. ¿Y si le hubiera cogido MI almohada que reposaba bajo su cabeza? Lo intenté, pero se aferraba a ella como si le fuera la vida en ella. Sé que es absurdo, las dos almohadas se compraron el mismo día, en la misma tienda, de la misma marca, de la misma medida y del mismo material, lo único que las diferenciaba es que sobre la que descansaba él era MÍA.

Me ponía enferma verlo babear sobre MI almohada, allí solo había sitio para mis babas por que era MÍA. Roncaba sobre MI almohada y se abrazaba a ella como si fuera suya. No podía verlo, la ira se adueñaba de mi.

Al final le dí utilidad a su almohada, fue muy rápido. Él se lo buscó, acaso no le enseñaron que no se cogen las cosas de los demás sin permiso.

EL BIDÉ ,UN ARTILUGIO DEL PASADO

 

El bidé ,llamado así por la palabra francesa  "bidet" es el acompañante inseparable del váter ,normalmente del mismo color y a conjunto con éste en la mayoría de las casas .Es un artilugio del pasado aún usado por algunos (más bien algunas) en el presente.

Hay varios tipos de bidés , pero los mas comunes son: los de chorro horizontal y los de chorro vertical ó hasta los hay de ducha invertida y sorprendentemente, hoy en día los hay incorporados en el váter que cumplen la misma función .Por si con el papel no hay bastante o apetece un chorro de agua en las partes después de.

En Japón, y rectificadme si me equivoco, los bidés son tan comunes que están a menudo presentes en instalaciones de lavabos públicos.¿Quien es capaz de usar uno en un sitio público? Aquí la menda, ni hablar.

Personalmente lo eliminé cuando me hice el lavabo nuevo .Ocupaba demasiado espacio y la verdad es que cuando me tengo que lavar mis partes íntimas-que es para lo que sirve- o los pies ,uso directamente la ducha ,otro invento estupendo que algunos hoy en día temen.

¿Quién no ha escuchado la canción de La Trinca sobre el  bidé? ¿No? Ui, pues no os la podéis perder, escuchadla ,escuchadla y luego seguid leyendo 
 
http://www.youtube.com/watch?v=NYDomSSPhXw

¿Os acordáis de Cocodrilo Dundee? Ahora no recuerdo en que película era pero me partí de risa cuando lo descubría en su habitación de hotel sin saber para qué servía. Él pensaba que era para lavarse la espalda .Es que…… ¿alguien lo usa a diario?¿ No creéis que es desperdiciar espacio? Si os preguntara si lo usáis, la mayoría ,si sois francos ,y hablando en confianza ,me diríais que os sobra con el papel higiénico que acompaña a los retretes de toda la vida.¿Si o si?

Os diré el uso que le daba yo ,y que ahora me da el váter :Para cortarme las uñas de los pies.¿Lo usáis para esta finalidad?

Mi primo, que es un poco bruto ,eso si, le ha encontrado otra finalidad .Si la queréis saber, os bastará con ver  la foto adjunta.No me diréis que es mala idea.

Cervecitas fresquitas. ¿Para que comprar una nevera, que ocupa más espacio y la electricidad sale más cara? Con el bidé mi primo logró enfriar 20 cervezas a la vez, y llenaba cada vez que le hacía falta.Una fiesta narizuda (no se si existe la palabra "narizuda" pero lo escribo por si las moscas.Hay gente menor que podría estar leyendo este relato)

Y por último, otra utilidad del bidé que sé de buena tinta que le dan muchas personas, es para lavar a sus mascotas.¿Quien no ha metido allí al perrito ,conejo o gato? Mirad sino este lo bien que está metido allí dentro.

Antes tenía un perro pequeño, y el bidé había sido de utilidad.Hoy en día necesitaría una piscina para meter al perro que tengo.

En definitiva ¿que utilidad le dais?

La sinceridad ante todo.

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Uno de los mejores inventos de la humanidad, ha sido el transporte público y estoy totalmente convencido de que viajar en el metro en verano es compartir.

Sí, ya sé que quién lea esto va a pensar en la compartimenta de olores sobaquiles, a alientos de ajo mañanero, a pelo sin lavar de semanas y demás, pero no va exactamente por ahí la cosa, aunque algo hay en ello.

En horas punta, la gente sudada a causa del calor, se agolpa en los vagones y aunque estén climatizados, el sudor queda suspendido en el ambiente, por lo cual nunca deja de desaparecer del todo.

El peor de los casos, reside en los escasos lugares para sentarte y a partir de aquí es cuando tengo que contar mi reciente experiencia no apta para mentes demasiado escrupulosas.

Mi último trayecto en ese tipo de transporte público, me obligó a estar un determinado tiempo de pie a causa de la enorme cantidad de gente que como marabunta se amontonaba en el vagón, cosa por cierto un tanto incómodo ya que tengo ciertos problemas de movilidad y estar en esta posición durante mucho rato, me es un inconveniente. Sea como sea, una hermosa chica que vestía una llamativa minifalda, viendo mi lamentable estado físico, muy educadamente me ofreció su asiento. No hace falta decir que quedé muy gratamente sorprendido, ya que a estas alturas semejante muestra de civismo escasea bastante hoy en día y más en la juventud.

Al principio me negué cortésmente alegando que no era necesario, pero ante su insistencia, me resigné a ocupar aquel espacio que tan gentilmente me había ofrecido aquella maravillosa y casi diría angelical muchacha.

Viajé durante un par de trayectos cómodamente sentado hasta que por fin en la tercera parada, aquella amable chica de largas y bien contorneadas piernas y escasa tela se apeó. Nada más arrancar de nuevo el metro, me levanté y ofrecí orgulloso de mi buena educación, mi asiento a una anciana que ocupaba el mismo lugar en el que estaba yo antes. Me lo agradeció con una sonrisa y se sentó sin advertir en la mezcla de humores líquidos que procedían de mis pantalones, mezclados con los de los muslos de aquella cívica y guapa minifaldera.

Que bonito es compartir.

TAL COMO ÉRAMOS.

Espero, aturdida, su vuelta. Aturdida y aterrorizada. Nos miramos en silencio, llenas de espanto las unas a las otras, esperando su llegada. Y siempre retorna, puntual, sin darnos otra opción que someternos.

Recuerdo los felices días y las maravillosas horas en que corríamos , enteras, despreocupadas. Los gestos más comunes, eran realizados sin el mínimo esfuerzo.  Que fácil era, entonces, recoger una aguja del suelo. Y siento tanta nostalgia, tanta pesadumbre de no poder acariciar, suavemente, piel ninguna. Ni siquiera poderla rascar!!!.. Porque llego él. El monstruo. Duro, implacable, despiadado, de fauces terribles y dientes duros. Clic.. clack..fuera, pobre uña, compañera. Ya llega… ya llega..ayyyyyyyy!!!.. el cortaúñas!.

Eva als núvols.

Relato enviado por una amiga de nuestra querida Ripley desde facebook.Animaros a participar!!!!

SILENCIO, LA LOCURA

¡Silencia la locura!..



¡Alma desabrigada!..

persiguiera pasear contigo.

¡Fuera de ti!..

¡Encima de tu penumbra!..

derrumbando la imperturbable nieve

en el desconsuelo de mis destinos.

Mis amores nacidos a ti

acrecentaron en florestas descalzas

de galanterías y de ternuras.

El imperecedero afrontó

de instruirme a vegetar

a excepción de madurar en ti.

¡Indivisible lagrimar!..

¡Un lamento!..

¿Adónde habitarás?

No encuentro los destinos

de nosotros nuestras existencias.

Me razono viento disperso

enclaustrado en mera caverna inhospitalaria.

Abandono de amor habito

a excepción de ti.

La incorrección del entendimiento

a mis madrugadas enclaustradas.

El enérgico poniente de tus inspiraciones

deformando las velas de mis letras.

¡Y me deterioras!..

con el movimiento del descuido.

No ostento el destino en mis manos

solo el estar en tu centro

de obstruir mis vistas

y distinguirte de nuevo en mis brazos.

Despoblado un vacío corazón para los ambos

mi palpitado y tu distancia.

.- ¡Silencia la locura!..

me expone la prudencia.

.- Caminarme contigo en distancia tuya.

¡Perseguir tus sendas!..

en lo renqueante de mi claustro.

¡Relegarme de ti!..

¿Y de que me hallaría yo solo?..

ante lo indocumentado de saliente mundo.

La desconfianza que me provoca

el brotar de mi hogar

el saludo del gentío desconocido

¡El miedo!..

a lo no conocido.

Mis destinos y mis fechas te hallas tú

paraje que vivo de ti

aplaudir de ti y nazco de ti

tristeza dotada de hermosura flor.

Negativamente no hay

engrandecimiento de contestación

que tú existencia.



Retorno desde el silencio

NUNCA MÁS PODRÉ VOLVER A DORMIR TRANQUILO

NUNCA MÁS PODRÉ VOLVER A DORMIR TRANQUILO

Supe que eran las doce en punto de la noche porqué nada más despertarme a causa de aquel misterioso ruido, miré la hora en el reloj digital que tengo siempre a mi lado y cuya tenue luz, ilumina lúgubremente nuestra habitación de matrimonio, acompañando a los leves haces provinentes de la luna llena que se filtra por entre las rendijas de la ventana en las noches clareadas.

Los misteriosos sonidos procedían del armario, y más que golpes, parecían el chirriante arañar desesperado de algún animal rabioso encerrado en su interior. ¿Un ratón, quizá?

Fijé mi vista hacia mi esposa que dormía plácidamente a mi lado y no queriéndola despertar ni alarmarla, me levanté sigilosamente para averiguar el motivo de aquellos misteriosos roces sonoros tan intrigantes.

Atemorizado y muy despacio, me dirigí al mueble y procedí a abrirlo con mucha cautela llevando una zapatilla en la mano derecha a modo de arma defensiva.

Todo pasó muy rápido. Bruscamente se abrieron las puertas de par en par y se abalanzó amenazante hacia mí, mi difunta suegra armada con una radial en sus manos, gritando como una posesa y dispuesta a cortarme en rodajas.

Un alarido de terror salió de mi garganta y sudando cuantiosamente, me desperté de nuevo.

Fue la peor pesadilla de mi vida.

LA VELADA

LA VELADA

¡Vaya morro! Empiezo a estar harto de sus caprichos… No esperaba esto de ella cuando empezamos a salir juntos. Como añoro aquellos paseos a la luz de la luna, cogidos de la mano y besándonos a cada esquina. Ahora en cambio no soy más que su “putito” de fin de semana.
A pesar de que siempre me dice que su trabajo la absorbe totalmente no acabo de creérmelo y los celos me corroen por dentro. Me la imagino constantemente con sus compañeros de oficina o quizá con su jefe y a saber que hará…
Eso sí, “Cariño, el sábado vengo, así que tendrás que prepararme alguna sorpresa culinaria de las que tu sabes”… y yo como un imbécil preparando algo suculento para que esté contenta y tenga una buena excusa para pasar la noche conmigo y usarme como se usa un mondadientes y luego dejarme tirado en el primer cubo de basura que encuentre hasta la semana que viene.
Y aquí me tenéis preparando este pollo que con obligatoriedad, tendrá que quedar lo suficientemente suculento para hacerla sentir contenta.
He decidido que lo voy a cocinar al horno con un montón de especias y además relleno de verduras maceradas con brandy y un toquecito de trufa italiana para realzarle el sabor. Antes que nada untarlo tanto por dentro como por fuera con mantequilla para darle un toque aun más delicioso si cabe.
Mientras meto la mano por el interior del pollo, no dejo de pensar en lo que quizá pueda suceder esta noche después de la cena y empiezo a excitarme…

-. Cariño, el pollo está realmente exquisito. ¿Con que lo has rellenado?
-. Con mucho amor, cielo, con mucho amor….

El capricho

Ya es hora de admitirlo: soy el resultado de un capricho.

Mi padre siempre quiso una niña, pero la primera vez mi madre se salió con la suya y apareció en escena mi hermano. Y cuando mi hermano creció y mi madre se quedaba sola y aburrida en casa, tuvo la feliz idea de insistir a mi padre para ir a por "la niña"... ante lo que mi padre no pudo más que sucumbir.

Y llegó el día y yo tardaba en salir. Y todo lo que nacían eran niñas. Y mi padre se empezaba a desesperar hasta el punto de soltar un "coño, que se van a acabar cuando me toque a mí". Pero justo entonces apareció el médico y le dijo "ha sido niña"... y llegué yo, poco más de un mes antes de que la Historia de España cambiara de nuevo.

La verdad es que esto de ser el capricho, unido a ser niña y la pequeña de la casa, ha sido un chollo la mayoría de las veces (bueno, vale, lo sigue siendo). Mi hermano se paraba en los escaparates de juguetes y decía "de aquí para allá, para mí; a partir de ahí, para mi hermana" o "mira, mama, para la niña". Así que la vida no ha sido tan dura a pesar de todos los malos momentos vividos en la familia.

Como todo hijo de vecino, fui buscando mi lugar en este mundo y creo que aún sigo buscándolo a base de una cabezonería de herencia paterna que hace que no me rinda y de un supuesto equilibrio que según dicen me da ser del signo Libra.

Poquito a poco he conseguido sacarme unos estudios y entrar a trabajar en una empresa donde tienes una seguridad y estabilidad que hoy en día no son nada fáciles de encontrar. Y llevo tres añitos en que parece que por fin la suerte me sonríe también en lo personal: piso y pareja casi a la vez. ¡Cómo para quejarse!

Eso sí, ahora toca luchar para no perder todo lo conseguido, que la vida es muy sabia y siempre te da una de cal y otra de arena como te despistes un segundo.

Te cuento un poquito

Tengo que contar algo.




Para que nos presentemos ante el inmenso público y así puedas conocernos un poquitín más, eso han dicho. Y para más inri tiene que ser una biografía, con la memoria de pez que tengo. Además, yo soy muy joven para estas cosas (No estoy diciendo que el resto sean unos carcas, no y no, eso lo has pensado tú.) Y aunque no fuera joven, con cada año que pasa me voy dando más cuenta de que aún no he vivido lo suficiente, en realidad casi nada. ¿No te pasa a ti?

Pues nací ya en plena democracia, sí. Un día que, parece ser, no pasó nada a parte de lo más importante en ese día, nacer yo, claro.(¿Qué?¡Para mi fue una de las cosas más importantes de mi vida!) Me perdí las manifas de estudiantes, lo del amor libre, la moda hippie y encima la Movida madrileña me pilló en pañales. O sea, he vivido en una época sosa del copón... Uf!! Con decirte que la música que se llevaba entre las jovencitas en edad del pavo era Take That... ¡Ahora no me negarás que eran sosos! Bueno, vale, más tarde ya me junte con gente no grata para mi madre que tocaba en un grupo punk, pero eso mejor aquí no te lo cuento, y si lo hago en otra edición.

Aún tuve la suerte de que la sobreprotección parental (¿Se llama así?) aún no estaba instaurada al 100% y aún podía salir con mis amiguitas y amiguitos a cazar ranas en las acequias sin contaminantes, incluso saltándolas; o no. Menos mal que en aquella época no se llevaban las chanclas del dedito que llamo yo y sí las sandalias de goma, esas no se perdían en el lodo cuando fallabas la anchura de la acequia, no.

En aquella época se seguían usando las bicis para jugar... ¡Jo! Me acabo de acordar de los "rijostios" que me metía, eran tiempos mejores... Igual sí me he hecho un poco mayor, me pasa ahora y no lo cuento. Decía que aún se usaban las bicis, que dejábamos tiradas en el arcén de la carretera (No sé si se puede llamar arcén y carretera cuando me refiero a un camino sin asfaltar) para meternos en los huertos ajenos a merendar. ¡Cómo está la fruta recién cogida del árbol! Y si te tenías que subir en ellos para alcanzarla mucho mejor. Y si era la del tío de la mala leche y tenías que salir por patas ni te cuento cómo estaba.

Pues eso, mi vida es simple, tampoco te creas que me gusta complicarme mucho la vida.

En fin, creo que esto puede servirte de presentación. Si te apetece puedo seguir contando cositas de cuando ya crecí un poco más en posteriores entregas. Y si no quieres pues no las leas, tampoco voy a ir hasta adonde estés a abrirte los ojos y obligarte a mirar la pantalla como al personaje de Burguess.

Ves, ya no sé como acabar este pseudorelato, normalmente acabo cargándome al prota, pero en este no me apetece hacerlo. De salud mental no ando tan mal... y si me cargara a mi misma, luego cómo te lo cuento.

Lo normal

A mí me pasó lo contrario que al insigne Gila: Cuando yo nací,mi madre SI estaba en casa.
Y se lo tomó con tranquilidad,oye.
Con tanta tranquilidad que ni siquiera se molestó en ir al hospital.Luego,años más tarde me explicó que no había ido porque en aquella época se estilaba parir en casa.
¿Cómo que “en aquella época”? ¿que pasa? ¿Me estás llamando vieja?.Pues que sepas que si yo soy vieja tú lo eres más,que para eso eres mi madre.
Y así,en un entorno de absoluta placidez y falta de discusiones transcurrió mi infancia y adolescencia..
A ello contribuyó el hecho de ser la mayor de ocho hermanos,a cual más tranquilo y sencillo.
Cuando tenía trece años nació la última de mis hermanos,pero creo que lo que paró el tema de los nacimientos en mi casa no fue que mi madre por fin se decidiera a ponerse el DIU,por mucho que ella me lo jure.Lo que pasó es que se compraron una tele en color,y,claro,cualquiera echaba un casquete pudiendo verle los colores a J.R.,vamos,ni punto de comparación.
Luego ya crecí un poco más y me quise ir a las américas,pero como era un trayecto muy largo y sobre todo muy caro,decidí que Andorra estaba más acorde con mi condición de emigrante pobre hasta para emigrar.
Además,que caramba,en el cole yo no había estudiado inglés,sino francés,con lo cual no me tenía que molestar en aprender otro idioma.
Esto último fue lo que me decidió.En el curriculum que envié a todas las empresas ponía orgullosa “Idiomas:francés,nivel: alto”
Y no mentía,no,que siempre había sacado sobresalientes.
Lo que nadie me dijo es que lo que yo había estudiado era un idioma del que todavía no se ha descubierto el nombre y que no tenía nada que ver con el idioma de los vecinos galos.
Ale,otra vez a estudiar.
Cuando por fin tenía dominados los idiomas nacionales decidí que ya era hora de cambiar de aires,que aquellos se estaba poniendo muy aburrido y que más valía dedicarme al estudio de las mariposas encerradas en metracrilato o hacerme monja,que de aquella todavía tenía un cierto aire “cool”.
En vez de eso cogí un mapa,cerré los ojos y señalé con el dedo