Parecía un encargo sencillo.Entrar,coger al crío,y marchar.El niño durmiendo, no se entrañaría problemas.La canguro,echando un polvo con el novio no se enteraría ni de la llegada del Papa.
Al llegar a la habitación las cosas empezaron a torcerse.El renacuajo estaba despierto,y miraba con mucha atención el móvil de su cuna.
Se arriesgó a dar tres pasos y el mocoso le miró.Una sonrisa encantadora le iluminó la carita.
Y entonces se fijó: el móvil no estaba sujeto a nada,y no eran juguetes lo que colgaba y hacía aquel ruidito.
Eran huesos
Ui nena, que escalofríos tengo recorriendo mi cuerpazo serrano...
ResponderEliminarDe ha quedado un relato de vicio.Estupendo.
Quería decir "te"
ResponderEliminarDebían de ser de pollo, no?
ResponderEliminarUna cosa....¿Eso es paranormal? Porqué a mi me parece ya casi, casi "gore".
De todas formas te ha quedado de lujo.
Jopé con el niño. Era pariente del Damian ese???
ResponderEliminarMuy interesante. Para que luego digan que los niños vienen con un pan bajo el brazo... Este necesita relleno para el pan jajaja
ResponderEliminarYa sé!!! Los huesos eran los de la canguro y el del polvo. Castigados por no cuidarle. ¿De quién si no?
ResponderEliminarEspera a que Minette vea el relato y la burrada que puede soltar. :D
Uhhhh, que miedo.
ResponderEliminarBuen relato, para pensar....ja ja, vaya con la criatura
La leche! que le den al niño, yo me largo de ahí corriendo...
ResponderEliminarMe tienes acojonada...jo, retro sátanas.
ResponderEliminarGalaxia