Era las ocho de la tarde, la olla cocía, era de estás modernas, una olla express, el vapor salía por el orificio dedicado a ese fin.
Hacia un ruido molesto y despedía un olor a verdura, que no era especialmente agradable. De pronto dejó de sonar. Durante unos minutos, el vapor se fue acumulando en su interior...
Marta estaba tranquilamente viendo un programa de cotilleo en la televisión, de pronto se acordó que había puesto el pollo al horno, y que si no iba a la cocina se iba a quemar. Se levantó del sofá, y se dirigió a la cocina. Encendió la luz.
Hacia un ruido molesto y despedía un olor a verdura, que no era especialmente agradable. De pronto dejó de sonar. Durante unos minutos, el vapor se fue acumulando en su interior...
Marta estaba tranquilamente viendo un programa de cotilleo en la televisión, de pronto se acordó que había puesto el pollo al horno, y que si no iba a la cocina se iba a quemar. Se levantó del sofá, y se dirigió a la cocina. Encendió la luz.
La olla explotó.
Su onda expansiva fue como una bomba. Todo estaba cubierto por los restos de comida. La tapadera de la olla había saltado por los aires, haciendo gran estruendo al caer al suelo.
Marta yacía en el suelo, con la cara abierta, sangrando abundantemente, la tapadera le había rozado el rostro al caer, y con quemaduras de gravedad. Estuvo inconsciente durante varias horas.
Cuando volvió en sí, sintió muchísimo dolor en todo el cuerpo. Se dirigió arrastrándose hacía la puerta de la cocina. Allí había dejado la cesta de la compra, y allí estaba también su móvil, lo cogió y llamó a emergencias. Su voz era entrecortada, logró hablar con emergencias, se le cayó el móvil de las manos, cayó inconsciente de nuevo.
Mientras su niña lloraba en la cuna, asustada por el estruendo, y por la tardanza de su madre en regresar al comedor.
Por fin, llegó la ambulancia. Marta se recuperó de sus heridas. Y su hija fue atendida por su hermano hasta que salió del hospital.
Nunca más tuvo una olla express.
Su onda expansiva fue como una bomba. Todo estaba cubierto por los restos de comida. La tapadera de la olla había saltado por los aires, haciendo gran estruendo al caer al suelo.
Marta yacía en el suelo, con la cara abierta, sangrando abundantemente, la tapadera le había rozado el rostro al caer, y con quemaduras de gravedad. Estuvo inconsciente durante varias horas.
Cuando volvió en sí, sintió muchísimo dolor en todo el cuerpo. Se dirigió arrastrándose hacía la puerta de la cocina. Allí había dejado la cesta de la compra, y allí estaba también su móvil, lo cogió y llamó a emergencias. Su voz era entrecortada, logró hablar con emergencias, se le cayó el móvil de las manos, cayó inconsciente de nuevo.
Mientras su niña lloraba en la cuna, asustada por el estruendo, y por la tardanza de su madre en regresar al comedor.
Por fin, llegó la ambulancia. Marta se recuperó de sus heridas. Y su hija fue atendida por su hermano hasta que salió del hospital.
Nunca más tuvo una olla express.
..y colorín colorado este cuento se ha acabado.
ResponderEliminarNo me extraña, Elena. A mi me pasa lo que a la de tu historia y me entra tiritona solo con verlas.
Gracias por compartir.
Pues no sería el primer caso. Nosotros tenemos una olla de esas y la verdad es que casi nunca la utilizamos porqué nos da un poco de miedo.
ResponderEliminarUna historia que bien podría ser verídica.
Jo...con la olla expres no me pasó nunca nada..pero con una cafetera sí...tengo olla..que no le va el pitorro..me haría falta comprar una..pero no..no corro a comprarla...¿por qué será?....
ResponderEliminarY tan verídica que podría..suponiendo que en algún rincón no haya ocurrido ya...
Me gustó Elena...a mi me dá cierta cosilla..
Me ha dado repelús Elena. En el buen sentido. Está tan bien narrado que es como estar viéndolo todo.
ResponderEliminarA mí lo único que me ha pasado es quemar lo que tenía en el fuego mientras estaba tan ricamente escribiendo o viendo una peli.
Pues el día que le de por comprarse una vaporeta va a flipar.
ResponderEliminarGenial,Elena
Pues si, en mi casa pasó algo parecido, sin heridos y sin nada que lamentar, nada más lo pérdido que se puso todo. Compramos otra, está va bien.
ResponderEliminarBrrrrrrrrrrrrr nunca he tenido una olla de estas, pero juro por DOG que no la voy a comprar por si acaso.La verdura hierbe la mar de bien en una olla normal jejejeje
ResponderEliminarA mi que ya me daban yuyu las ollas esas... yo creo que mejor la retiro...
ResponderEliminar<Shemba