miércoles, 10 de noviembre de 2010
INTERESES
Aquella mañana hacía demasiado calor. Mis manos sudaban y mi corazón palpitada a un ritmo sobrecogedor.
Abrí la puerta y me recibieron con una sonrisa. En seguida me direccionaron a su despacho.
Sabía que no me lo iban a conceder. Con un contrato basura y un sueldo de risa las opciones para optar a un crédito eran reducidas.
El director me miró:
-Venga conmigo.
Me llevo a un tipo de sala que no llegué a reconocer antes de que un fuerte golpe en mi cabeza me dejara inconsciente.
Desperté. Estaba tumbado y atado a una camilla. El director de la sucursal estaba frente a mí. Tenía puesta una mascarilla. ¿Qué llevaba en sus manos? ¡Era mi riñón!
- Mañana tendrá el crédito solicitado en su cuenta.
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Jojojojo... A que da canguelo??? jojojojo
ResponderEliminarJajajajajaja todo lo relacionado con bancos da canguelo Shemby.De todos modos este micro se acerca muuuuucho a la pura realidad.Cada vez que se pide un crédito te arrancan algo.Creo que todos o casi todos vivimos con un solo riñón últimamente.JUAS!
ResponderEliminarNo me digas que los intereses le van a costar un ojo de la cara porqué ya me desmayo definitivamente.
ResponderEliminarVaya qye duro se ha puesto esto de pedir creditos, como dice Pep le costó un riñón ja ja ja, se hizo realidad el refrán.
ResponderEliminarLa leche! gracias por dejarme claro que no debo pedir un préstamo.
ResponderEliminarAhora ya me da miedo hasta pedir la hora... joooo
Literalmente, un crédito te cuesta un riñón. Aunque le has dado una vuelta de tuerca y ya lo hacen a la descarada. ¡Jooooooopeeeee!!
ResponderEliminar¿lo ves,lo ves?
ResponderEliminar¡¡ Banqueros miserables y chupasangres!!
Bueno,en este caso arrancariñones.
Real como la vida misma.
jajajaj ¡Qué bueno! Terror del bueno y real.. jajajajaja!!! Y bien cierto qué es.
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