Había una vez un villano llamado Blas. Era un tipo que decía tener dieciséis años aunque aparentaba muchos más, murciano, muy malvado, feo y desagradable, que sólo pensaba en insultar al personal y al que ver contento a alguien le molestaba muchísimo. Y lo que menos aguantaba era que las personas fueran educadas y corteses al hablar, y pidieran las cosas por favor, dijeran "gracias" y "de nada", y sonrieran al decir algo. Blas pensaba que todas esas palabras eran un gasto inútil y no servían para nada, así que dedicó mucho tiempo a inventar una gran máquina de robar palabras amables para destruirlas posteriormente. Con su máquina, planeaba robar todos los "por favor", "gracias" o "de nada" que la gente dijera. Planeaba robar todas las frases simpáticas de la gente convencido de que nadie lo notaría. Planeaba robar todas las palabras en catalán, gallego, euskera o valenciano etc… que encontrara en su camino para acabar de una vez por todas con aquellos idiomas que tanto odiaba. Creía que con su máquina podía dejar a todos los que no hablaran su “ejpañol” mudos eternamente.
Así que cuando encendió su máquina, todo el mundo abría la boca para hablar y todas aquellas palabras que a Blas no le gustaban iban a parar a la gran máquina. Tal y como esperaba, al principio parecía que la gente no necesitaba ser cortés en castellano ni usar más el resto de idiomas de España. El castellano se convirtió en el único idioma hablado. Los insultos, memeces y frases mal sonantes las únicas que se oían y que la máquina no robaba.
Pero al poco tiempo, la gente se empezó a sentir siempre de mal humor, haciendo todas las cosas de mala gana, y todos pensaban que estaban hartos de que los demás fueran siempre con exigencias, así que en unos días todo el mundo se enfadaba y se peleaba por cualquier cosa. Blas estaba terriblemente contento de su éxito. Había logrado una España con un solo idioma y una sola cultura.
Un mes más tarde, un grupo de personas de diferentes partes del territorio español formaron un nuevo partido político llamado DOG (Dominamos al Ogro y Ganamos). Empezaron siendo pocos, pero poco a poco fueron ganando terreno. Para que la máquina no les robara las palabras y poder comunicarse, usaban gestos y escribían en una página web que no estaba censurada por el partido de Blas, el Yahunium Censuratum.
Decidieron reunir a todas las personas del territorio español que fueran cultos y estuvieran de acuerdo en permitir que en el territorio se hablaran todos los idiomas otra vez, y que surgieran de nuevo las culturas maltratadas por el villano Blas.
Se reunieron todos en “Mursia” , al lado del castillo de Blas. Para tener suficiente poder para destrozar la máquina deberían gritar todos al unísono una frase muy especial:” Blas Blasete, a la mierda vas majete”.
Un 9 de Febrero (hoy recordado por el día mundial de DOG) la frase sonó en “Mursia” con tanto poder y fuerza que la máquina se rompió , soltando todas las palabras y letras como si de lluvia se tratase.
A partir de aquél día, Blas se escondió bajo una piedra y no se le ha vuelto a ver más.
Oh, my dog, yo conozco a un Blasete Tonto Delculete, ¿será aqueste?
ResponderEliminarJajaja...es divertido...jajaja...
ResponderEliminarMe suena el personajillo, me suena...
Este es un malo malísimo!!! jolines...
ResponderEliminarPobrecito Blas... necesita más amoorrrr...
ResponderEliminarHola Soc Jo..!
ResponderEliminarEse es un personaje en busca de escritor, y parece que ya lo encontró Ja Ja Ja...!
Que miedo con la maquina de palabras....
Ese personaje lo he ignorado olímpicamente todo el tiempo, no merece mi atención...
Salamandra es un amor...! pero el Blas lo que necesita es un par de patadas en el trasero para que se calme....
Que imaginación Bella Damita, que imaginación...
Besos
Jajajaja me recuerda a un capítulo de los osos amorosos donde tenian una maquina para cubrirlo todo d ecemento!
ResponderEliminarque bueno!
muxuk