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La presidenta del rellano.

(1)intelligentsia o, en caracteres castellanos, inteliguentsia (del Latín intelligentia) es una clase social compuesta por personas involucradas en complejas actividades mentales y creativas orientadas al desarrollo y la diseminación de la cultura, incluyendo intelectuales y grupos sociales cercanos a ellos. El término ha sido tomado del ruso интеллигенция (transliterado como intellig(u)éntsiya), o bien del polaco. Los dos, a su vez, derivaron de la palabra francesa intelligence. Al comienzo, el término se aplicó en el contexto de Polonia, Rusia y más tarde, la Unión Soviética, y tuvo un significado más estrecho basado en la autodefinición de una cierta categoría de intelectuales.

domingo, 25 de julio de 2010

UNA LUZ EN LA NIEBLA


UNA LUZ EN LA NIEBLA

Los precios marcados en tiza decoraban la barra del bar. Había llegado allí por accidente como consecuencia de una sustitución en la empresa donde trabajaba.
Me preguntaba que era lo que ocasionó mi súbito cambio de ruta en la venta de los artículos que representaba por parte de aquel despótico gerente, cuya vida sólo tenía significado si podía manipular según su antojo a los vendedores, sin importarle lo que pensaban estos al
respecto, ni si les era un inconveniente hacer esos cambios. O lo aceptabas o a la calle y no había réplica posible.
A parte de mi cabreo, se me hizo muy difícil contactar con los antiguos clientes de mi antecesor y que estos me tuvieran la suficiente confianza como para seguir aceptando de mis manos, los mismos productos adquiridos desde siempre. Eso representó una enorme pérdida de tiempo en mi agenda además de no saber a ciencia cierta hacia donde me dirigía.
Mi destino final a tan agobiante día laboral era una humilde pensión en las afueras de Girona, pero una súbita y espesa niebla en una carretera comarcal por la que no había circulado en mi vida, originaron que me perdiera totalmente y sin saber que otra ruta tomar para volver a la carretera nacional. Eso, sumado a la fatiga de la jornada, originó que hiciera una parada en el próximo lugar habitado que me encontrase, para poder descansar un poco al tiempo para tomar también algo caliente que me despejara un poco la mente y así poder seguir mi tardío camino hacia el obligado reposo diario.
No pude ver el nombre del pueblo en el que había llegado, pero una tenue luz en medio de aquella asquerosa niebla me llamó la atención y con escasa alegría me di cuenta de que se trataba de un bar en el que podría solucionar parte de los problemas de mi incómoda jornada.
Cual fue mi sorpresa al entrar en aquel impersonal local, en ver que la clientela brillaba por su ausencia y a parte de la pizarra con los precios de lo que allí se ofrecía, también decoraban el austero bar, una antigualla de cafetera, la típica máquina tragaperras, las destartaladas y obligadas mesas y sillas y la correspondiente estantería a rebosar de los típicos licores y demás bebidas alcohólicas. No había nada más a resaltar salvo un silencio sepulcral.

-. ¡Hola! – Grité para llamar la atención del responsable de aquel desértico establecimiento.

Al cabo de unos instantes apareció ante mis ojos como si saliera de la nada, una esbelta mujer de rostro pálido y mirada triste. Era muy guapa y su hermosura me perturbó.

-. Está cerrado – Me dijo cortés y tajantemente.

Me sentí la persona más desgraciada del mundo, sin embargo y haciendo gala de gran educación por mi parte, le pedí disculpas por invadir la estancia a tan tardía hora no sin antes preguntarle si sabía de algún pequeño hotel o pensión en aquel desconocido lugar donde pasar la noche. La respuesta fue más que sorprendente.

-. Por aquí cerca no hay nada, pero si lo desea puede pasar la noche aquí. Con esa niebla y a estas horas no es muy conveniente circular por la carretera.
-. No querría molestar – Objeté sin demasiado
convencimiento.
-. No es molestia. Hay una habitación vacía detrás de la cocina. ¿Quiere verla antes de decidirse?

Fui detrás de ella como un autómata, adentrándonos en una pequeña cocina que supuestamente era donde preparaba los bocadillos y otros platos sin prestarle demasiada atención. Al otro lado había una puerta que aquella enigmática mujer abrió de par en par para dejarme paso después. Estaba completamente a oscuras.
De pronto oí cerrarse la puerta detrás de mí al tiempo de darme la vuelta y advertir como la piel de pronto desnuda de aquella hermosa fémina, irradiaba un color casi fluorescente mientras se acercaba a mi estupefacto rostro. Sin mediar palabra sus labios se pegaron a los míos mientras con un brazo me rodeaba la cintura y con el otro me apretaba la cabeza para que no pudiera despegarme de ella. Nos fundimos en un apasionante beso mientras percibía como por arte de magia que nuestros cuerpos se juntaban entre si en un abrazo sensual y extraño a la vez. El placer me embriagó y ante tanta pasión y sensualidad no pude resistirme a la entrega absoluta del éxtasis mientras cerraba los ojos y perdía así el mundo de vista.

El sonido de un motor me despertó de súbito. Tenía el cuerpo entumecido y cuando abrí los ojos no pude creer lo que estaba viviendo. Había quedado dormido encima del volante de mi coche y ya era de día. Salí del automóvil para que se me despejara la cabeza con la brisa matinal. El sol ya había salido en toda su magnificencia y el espectáculo que ofrecía era increíblemente bello.
Me di cuenta de que estaba al lado de una casa en ruinas y me pareció ver en ella algo inquietantemente familiar. En aquel preciso instante, llegó un tractor conducido por un hombre con indumentaria de agricultor y se paró justo delante de mi persona.

-. ¿Tiene algún problema, amigo? – Me preguntó con
amabilidad.
-. ¡Eh! No, no. Sólo estoy de paso – Le contesté aún con la
mente aturdida – Por curiosidad. ¿No sabrá usted que son estas ruinas? - Le pregunté intrigado.
-. Naturalmente que lo sé – Exclamó el hombre - Ese era el
bar de Manolo. Hace cosa de un año hubo un terrible incendio que acabó con su vida, la de su esposa y la de un desconocido. Las malas lenguas dicen que Manolo sorprendió a su mujer follando con un cliente y en un ataque de celos, les roció con gasolina y prendió fuego a todo. Creo que hasta salió en la "tele". Fue horrible…


7 comentarios:

  1. Con toda la sinceridad, solo puedo decir: Que me ha encantado.

    No me esperaba lo del sueño y lo del Bar quemado, lo he intuido cuando el protagonista se ha fijado en las ruinas, pero es un buen final.

    Simplemente Genial.

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  2. Me ha sorprendido y mucho. No me esperaba en absoluto el toque de misterio.

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  3. Bravo Pep!!!
    Me ha gustado muchísimo. Sinceramente creía que la mujer esa era un extraterrestre... jejeje... en serio!! Y mira q al principio cuando has dicho lo de pálida me he dicho:"fijo q es un fantasma.." Total... que me has liao Pep y me ha encantado!!!

    Shemba

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  4. Gracias, chic@s.
    Este relato fue escrito a principios del 2008 y fue el primero que publiqué en Internet. Como le tengo cierto aprecio, he querido compartirlo con vosotr@s y que no se perdiera en el limbo, ya que fue borrado del blog en el que estaba antes.

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  5. Ostras este si que me suena jejejeje es de una saga de relatos que empezaban todos son la misma frase en el blog anterior en el que estábamos.Me gustó mucho entonces y me ha gustado mucho hoy al releerlo.Gracias Pep, a la espera que los vayas subiendo todos,que ni uno tiene desperdicio.
    Petons!

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  6. Genial,como siempre
    Eso si,fue lo que se llama un polvo mortal ¿no?


    Carmen

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  7. A la tía ni muerta se le quitan las ganas... jejeje.
    Ha sido toda una sorpresa el final, me ha parecido genial, me ha encantado.
    Besos!!
    Darth

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