Espero, aturdida, su vuelta. Aturdida y aterrorizada. Nos miramos en silencio, llenas de espanto las unas a las otras, esperando su llegada. Y siempre retorna, puntual, sin darnos otra opción que someternos.
Recuerdo los felices días y las maravillosas horas en que corríamos , enteras, despreocupadas. Los gestos más comunes, eran realizados sin el mínimo esfuerzo. Que fácil era, entonces, recoger una aguja del suelo. Y siento tanta nostalgia, tanta pesadumbre de no poder acariciar, suavemente, piel ninguna. Ni siquiera poderla rascar!!!.. Porque llego él. El monstruo. Duro, implacable, despiadado, de fauces terribles y dientes duros. Clic.. clack..fuera, pobre uña, compañera. Ya llega… ya llega..ayyyyyyyy!!!.. el cortaúñas!.
Eva als núvols.
Relato enviado por una amiga de nuestra querida Ripley desde facebook.Animaros a participar!!!!
Gracias por participar!
ResponderEliminarEs un relato de terror con final divertido jejejejeje pobres uñas...esto me recuerda que las mias en estos momentos estan ya empezando a temblar ya que de hoy no pasa.El cortauñas está llegando.AI!
¡Qué bueno! De verdad que pensaba que iba de otro tema. El golpe de efecto final me ha resultado muy inesperado.¡Estupendo!
ResponderEliminarGràcies Mercè,
La Ripley, c'est moi
Muy bueno,y con un final de los que me enamoran
ResponderEliminarGracias
Carmen
Pero mujer!!! Que les haces a tus pobres uñas!!! jajaja La verdad es que sí que da miedo´, sí, el aparatito... jajaja
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