Desde que la conoció se sintió atraído por ella.
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Aunque mayor que él, era preciosa, adoraba sus pequitas sobre su piel blanca, sus ojos verdes... su pelo rojo la hacía especial.
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Como a él, le gustaban los animales. Los domingos solían salir al parque a pasear a Capitán, un cachorro de apenas cinco meses. Andaban de la mano y reían. Le encantaba hablar con ella, sus conversaciones duraban horas y nunca encontraban el momento para despedirse. Se despedían con un beso apasionado, que más de una vez los condujo a ir más allá. Idolatraba su suave cuerpo, le encantaba olerlo, besarlo y fundirse en él.
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Aquella tarde esperaba ansioso bajarse del tren, dejar la maleta en casa, saludar a Merche y a Linda, darle un beso a su padre y acabar su jornada en el restaurante para poder reencontrarse con ella.
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Por la ventana del tren veía que había caído la noche. Cerró los ojos ante las luces de la ciudad y sin saber por qué le invadió una excitante sensación y en su cabeza se repetía la imagen de unos rizos pelirrojos recorriendo su cuerpo.
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Pues sí querido lector. ¿Recuerdas la Teoría de los seis grados de separación? Puede que poco a poco, vayan reduciéndose los grados. Ahora solo quedan 4 grados para encontrarse con alguien muy especial, pero en muchas ocasiones la búsqueda acaba antes.
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Me habían hablado de la teoría de los seis grados. Curioso. Me preguntó a quién estaré yo ligada con esa teoría.
ResponderEliminarBien Shembala. Otro enamorado. Estas pelirrojas...
Un beso, guapa.
Otra vez se me olvidó. Soy Kaos.
ResponderEliminar(Otro beso)
Bonito Shemby.... ultimamente estáis todos muy inspirados eh? será que en invierno las neuronas funcionan mejor .Jejejejeje.
ResponderEliminarfelicitats guapa.Fantastic.