PARIS, 1890
Eran las once y media de la mañana de un frío sábado de Enero. El cielo era gris, y se respiraba un aire helado y húmedo. El viento hacía mover las hojas de los árboles en el Bois de Boulogne. Encima del césped se había formado una fina capa blanca, que resbalaba al ser pisada. Pocos niños correteaban entre los matorrales. El parque era muy grande, con extensos espacios de césped y poblado con hayas, cedros, castaños y olmos.
De repente, aunque era de esperar, empezó a nevar, al principio con copos dispersos, que fueron haciéndose más y más grandes y densos, hasta que las motas blancas invadieron el paisaje gris verdoso. Con la nevada se iba difuminando el paisaje del parque e iban desapareciendo las pocas flores que habían, cubiertas por la nieve.
Madame Higgs permanecía quieta y en silencio, escuchando el ruido de la gente. A lo lejos se oían voces. Gente que pasaba por encima del puente del parque. También pudo oír el repicar de los cascos de los caballos, el crujir de las ruedas de los carruajes al pasar.
Pálida y seria, hablaba poco. Cuando hablaba lo hacía de manera incoherente y cuando le preguntaban que le pasaba ella decía que estaba cansada y que la música, el paisaje y el cantar de los pájaros era lo más detestable del mundo.
Se sentó en un banco un largo rato, hasta que su chaqueta negra quedó prácticamente blanca y empezó a sentir que el frío se calaba en su delgado y delicado cuerpo. Tras ayudarse con su bastón de cerezo se levantó y siguió caminando, acercándose a la salida del parque, donde la esperaba el carruaje para llevarla de nuevo a casa.
Al llegar a la puerta de salida se encontró sola. Miró a la derecha y a la izquierda pero no vio a la persona que la había acompañado hasta allí. No se inquietó y empezó a caminar, cogiendo el camino de la derecha. Perdida en sus pensamientos avanzaba paso a paso. De repente aparecieron lágrimas en sus ojos que se congelaban a medida que bajaban por su arrugada cara. Se encontraba sola y no recordaba donde estaba. Durante unos minutos no fue capaz de pensar en nada.
Anochecía. El cielo tenía el gris más pálido y triste que quepa imaginar. Ya no había brisa, y la nieve había empezado a cesar. Había espacios inmensos a derecha e izquierda. Pasó por el lado de una pequeña laguna. Sus aguas estaban llenas de desperdicios: astillas, heno, cáscaras de naranja… Por un momento se paró a contemplar el agua que brillaba gracias a una tenue luz de gas situada en el camino. Al mirar abajo se reflejó en ella. Pequeñas gotas de lluvia empezaron a caer y por unos instantes llenó sus pensamientos. Transcurrió media hora y Madame Higgs seguía en el mismo sitio, con la mirada perdida en la laguna. La lluvia la llenaba de sus propios recuerdos, la llenaba del sonido del piano que tantas veces había tocado.
Los pasos de otra persona se aproximaban por detrás de la anciana, con sigilo, para evitar asustarla. El sonido del caminar cesó, y una mano amiga le tocó la espalda y la abrazó.
_ Estaba muy preocupado madre. Hace tres días que andamos buscándola por toda la ciudad.
¿ Cómo está? ¿ Cómo se encuentra?
Madame Higgs lo miró, liberándose de su abrazo bruscamente, y repentinamente contestó:
_ ¿ Quién es usted joven?
_ ¿ Quién es usted joven?
El resto de aquel día lo pasó sumida en sus recuerdos.Y el año siguiente se volvió a perder en el Bois de Bologne en otro día gris de viento adusto.
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La Enfermedad de Alzheimer, la causa más frecuente de demencia en los ancianos, es un trastorno grave, degenerativo, producido por la pérdida gradual de neuronas cerebrales, cuya causa no es del todo conocida.
La Enfermedad de Alzheimer, la causa más frecuente de demencia en los ancianos, es un trastorno grave, degenerativo, producido por la pérdida gradual de neuronas cerebrales, cuya causa no es del todo conocida.
Creo que soy el primero en comentarte......bonito relato que desgraciadamente encierra un mal comun de nuestros mayores.Besos.
ResponderEliminarTe lo pongo aqui soy Pedro del Face...ejejej.
Me ha gustado mucho Anna, escribes muy bien!!!besotes de Vicky!!!
ResponderEliminar¡Cony, qué coincidencia de paisajes! Me temo que he sido muy rapidilla.
ResponderEliminarBonita historia, Anna, triste pero muy bonita y desgraciadamente muy realista.
Preciosa historia Anna, el paisaje tal y como lo plasmas cuadra perfectamente con la historia. Una pena vivir estas situaciones y además ser conscientes de ellas. Esperemso que la ciencia consiga algún día terminar con esta terrible enfermedad o por lo menos paliarla de alguna forma. ¡¡ARTISTA!!.
ResponderEliminarBesazos
Miren
Muy bonita historia, Anna. Estoy especialmente sensibilizado con la enfermedad por diversas personas, padres de mis amigos y amigas, que la padecen. La descripción de jardín nevado es preciosista.
ResponderEliminarPero, como buen excordinador de talleres, dos cositas. "Colgadas por la nieve". Me suena a "catalanismo", debería decirse "cubiertas". Otra pequeña crítica: las últimas 4 líneas me parecen demasiado explicativas, es como si cambiaras el registro descriptivo del cuento y pasara a hablar una "metgessa". Enhorabuena y no te tomes a mal las críticas.
Rubén
Gracias Rubén.Siempre se agradecen las críticas.Puede que tengas razón que son demasiado explicativas.intentaré cambiar el final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me ha encantado, Anna. Por desgracia conozco muy de cerca esta enfermedad y es una auténtica agonía, no sólo por quién la padece, si no también por los que están al cuidado de estas personas.
ResponderEliminarpeptrempat
Ay,Anna...¡Qué bonito!
ResponderEliminarEl tema es triste tanto para quien lo parece como para sus allegados y, por desgracia, ¡es tan frecuente!
Me ha gustado mucho el relato y ya la descripción del paisaje...ufff, me parece excelente.
¡¡Tú si que sabes, guapa!!
Besos de Linda.
Cambios efectuados Rubén.Gracias por el consejo.
ResponderEliminarHola Anna
ResponderEliminarTe iba a hacer los mismos comentarios que Rubèn…. (vale, es broma.. jeje)
Que duro!! Sobretodo para el entorno. Esperemos que avancen rápido las investigaciones.
Salud
esto si que es muy triste, y esa enfermedad, increiblemente cruel, e injusta !!!! es un relato muy bonito, el comienzo con algo tan hermoso como es la nieve.....sólo acierto a decir que se encuentre lo más rápido posible, la solución a este problema !!!!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
ResponderEliminarBien estructurado y redactado. Un relato muy ameno que incide en una penosa enfermedad, especialmente para el entorno familiar y social del enfermo.
Besos.
Anna,
ResponderEliminarcomo siempre, sobresaliente.
Creo que tratas precisamente un tema en el que todos, poco o mucho, nos sentimos vinculados.
Eso si, el relato es excepcional, perfectamente detallado el paisaje, el personaje y la dureza del mismo...
Felicidades
El relato arranca de forma muy elegante y está estupendamente ambientado. Parece que estás ahí, observándolo todo. Creas una atmósfera que llega mucho, tan fría, gris y melancólica.
ResponderEliminarMe gusta muchísimo.
Personalmente lo hubiera dejado cuando dices que al año siguiente se vuelve a perder en un día parecido. Eso da una sensación perturbadora y triste y el relato queda redondo.
Muy triste y muy bello.
... ¡que no me he identificado! So sorry!
ResponderEliminarLa Ripley
Muchas gracias a todos por leerlo y comentarlo.Esto siempre se agradece cuando se escribe.
ResponderEliminarMuaks!