A mi el dentista me duele psicológicamente... y eso es dolor... Te abren la boca hasta descoyuntarla, te ponen un paraguas del revés que te aprieta justo en la encía, que cuando te lo quitan no sabes que te duele más, si el puto paraguas o to el meneo que te dan.
Te pinchan para que no te quejes y si te quejas, va y te vuelven a pinchar. Y digo yo que unos taponcitos o unos cascos de insonorización no vendrían nada mal... ufff!! El ñiiiiiii ese que se oye, es una pesadilla... creo que en la escena de la ducha de Psicosis ese sonido hubiera encajado que no veas!!!
Y lo peor es cuando se te acerca el tío ese todo tapao, para que luego no lo reconozcas por la calle, claro... con unas manazas enfundadas en guantes de látex que son enoooormes... (En realidad parecen enormes en ese momento, por que mi dentista es mujer y bastante chiquitina...) Con los aparatos esos que cogen con mucha delicadeza... pero ay!! Ay!!
Y cuando se acaba to te dan un vasito de agua para que te enjuagues, que por lo que pagas ya te podrían servir un gin-tonic por lo menos... Y nunca cabe la suficiente agua, siempre te queda la boca... mmmm... como decirlo?? Asquerosa!!! Y trata de escupir como un hombre en ese momento... trata!!! Siempre se te quedan las babas colgando... que te tienes que limpiar con la servilleta esa que te ponen, que de absorvente tiene lo mismo que un paraguas... vamos mal!!
Ainsss... que luego va y se despierta... y ya, en todo el día, no te quitas al puuuu...ñetero dentista de la cabeza...
Ainsss qué dolor!!!
Eres muy divertida, Shemby. Tienes una manera de contar las cosas destornillante.
ResponderEliminarEl relato podría catalogarse de humor terrorífico, jaja!!
Jejejejeje me has hecho revivir mi última visita al dentista.Te odio.Jijijijijijijiji.Me he reido un rato.Gracias guapaaaaa
ResponderEliminarajajajajajajajaja! Tremendo. Pura realidad, duele lo que te hacen y lo que cobran... ajajajaja!!! Muy bueno y divertido.
ResponderEliminarGalaxia Pérdida.