Me gustaría compartir la experiencia que tuve ayer y de la cual guardo más que un recuerdo, un trauma.
Resulta que la cabrona de mi hija me llamó de buena mañana y más o menos la
cosa fue así:
-. Papá, ¿Tienes que hacer algo importante este mediodía?
-. Pues no. ¿Por qué me lo preguntas?
-. Me tendrías que hacer un favor.
-. Por supuesto. ¿De qué se trata?
-. Verás, en el colegio de Irene (mi nieta) ayer pidieron que un abuelo contara cosas de esos días que se aproximan, pero que fueran de experiencia
propia de más de medio siglo y tu nieta ha dicho que lo harías encantado.
-. ¿Yoooooooooo? Ni hablar.
-. Pues allá tú. Irene se va a llevar un disgusto muy grande, pues ya lo ha anunciado a bombo y platillo.
Y ya me veis como un imbécil a media mañana, cogiendo el coche y dirigiéndome al colegio de mis nietas, que por cierto está en un pueblo cercano, para contar a un montón de monstruitos como eran las cosas hace medio siglo. Según parece o bien los de mi edad ya han muerto, o están más cuerdos que yo. Más bien me decanto por eso último.
Ha sido horroroso. Habían 47 de esos pequeños monstruos, la mitad tosiendo y yo esnifando sus virus.
Les he contado que cuando yo era niño, no había televisión, ni móviles, ni ordenadores, ni play stations y que nos lavábamos una vez a la semana porqué no había agua caliente ni cuartos de baño (Al menos en casa). Que los días de fiesta comíamos pollo como si fuera un "extra" y que en el colegio íbamos todos de uniforme. Me he ahorrado contarles mis experiencias colegiales para no ocasionarles ningún trauma y para quedar bien con la maestra.
Cuando he terminado, la maestra ha preguntado a los niños que si querían hacerme alguna pregunta, que levantaran la mano. Me he hundido moralmente cuando he visto 47 pequeñas, crueles y amenazantes manos en alto.
¿Habían patines?¿Y semáforos? ¿Y rotuladores? Y por qué llevas el pelo tan
largo?¿Y por qué cojeas? Y si ya de pequeño cojeabas ¿cómo lo hacías para ir al colegio? Por qué, por qué, por qué,....
Uno de muy chocante puesto que les conté que el pollo que nos comíamos el domingo, lo comprábamos vivo y que yo ayudaba a desplumarlo en la cocina, fue este: ...Si comíais pollo en domingo, ¿Cómo desplumabais al pollo?¿Estaba vivo cuando lo hacíais? Yo: Para sacarle las plumas antes lo metíamos en agua hirviendo para que así las plumas salieran mejor? El niño: ¿Y metías al pollo vivo en agua hirviendo?
Jodeeeeeer.....
Llegué a casa totalmente derrotado y con mucho rencor hacia mi hija. Esta me la va a pagar. La próxima vez que venga a casa a comer, haré coles de Bruselas. Las odia.
Esta noche he tenido pesadillas.
Esta experiencia es totalmente verídica de principio a fin.
ResponderEliminarPoco tengo que decir Pep....FANTASTICO, un abuelo tiernísimo, y como no , fuiste el héroe de esos niños...te recordarán como el abuelo que siempre comía pollo en Domingo jeje... !mol bò!...
ResponderEliminar¡Jo, qué experiencia más fuerte y traumática, querido Pep!
ResponderEliminar¿Sabes que en Polonia se cuenta que cuando Adam Mickiewicz (el poeta nacional polaco por excelencia) quería maldecir a alguien le decía: "¡Ojalá tengas que dedicarte a enseñar a los hijos de otro!"? (Es que él era profe casi a la fuerza, aunque su vocación era la poesía, pero no le daba ni pa comer).
Creo que ahora entiendo mejor esa maldición suya, jejeje.
Un abrazo y gracias por compartirlo. Ha sido muy divertido (lo siento, pero lo ha sido) y está muy bien escrito, como siempre lo que tú escribes.
Jose Manuel.
Y menos mal que no tuviste que explicarles que a los pollos se les retorcía el pescuezo,que si no ya me veo yo las caras que habrían puesto esos angelicales seres.
ResponderEliminarMaaaaalo,más que maaaaaalo
Jajajajaja
Lo siento,pero es que me lo imagino y no puedo parar de descojonarme.
Por cierto,¿Cual fue tu respuesta a lo de tus melenas?
Graaaaaaacias Pep! Ya me estaba hundiendo en la miseria con tanta tristeza y por fin llega tu relato tan descojonante.
ResponderEliminarAhora que, para otra vez, les das todos los detalles de cómo se mataba y cocinaba un pollo vivo. Te has dejado los detalles gore y escatológicos. Jajajajajja!!! Sería inolvidable para los pequeñajos.
¡Jajajajaajajajajajajajjajaja! ¿Traumatizado?. Son un poco impertinentes, pero nada que con tu sabiduria no puedas solucionar. Oye, como dice Isabel, da todo tipo de detalles hombre, no vaya a ser que me quede con las ganas de saber como se mata un pollo. (Ni se te ocurra explicarmelo, que me da una cosa para qué, con esto de los animales soy muy cagueta, me lo hacen pasar mal, saber que los hacen sufrir, si es que es así, que ya me figuro yo, que los atontaran primero.)
ResponderEliminarEn todo caso, felicitarte por haber superado una prueba tan sumamente dura. Y nada de traumas chavalote... ajajajajaa!!! Irene sacando pecho de su abuelo.
Bravooooooooo jejejejeje si yo fuera tu hija hubiera hecho lo mismo jejejejejejeje seguro que los crios lo pasatron en grande con tus historietas, y a alguno hasta lo habras traumatizado con lo del pollo jejejejejeje
ResponderEliminarLos enanos de esa clase u de otra son tan puros que se nos olvida que fuimos así, lo que te ha pasado es que te has hecho mayor, pero seguro que les conquistastes con tu "savoir faire" y "savoir être" en cualquier situación, seguro que con tu sonrisa y esa paciencia todo salió bien.
ResponderEliminarJuas juas juas... Inocentes criaturitas!! jajajaja Y pobre pollo escaldao!!!! jajajja
ResponderEliminarEn ese momento me hubiera gustado ser una niña más de esas que levantaban la mano... jijijiji
Shemba
Dios....lo que hubiera dado por estar ahí y encima grabarlo jajajajaja
ResponderEliminarJejejeee, en que apuros te metes Pep!! pero seguro que fue instructivo y que a esos niños se les quedaron grabadas tus experiencias.
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