MI NIÑEZ
Nací un 12 de mayo después de que mi madre rompiera aguas en un cine. Quizá sea por eso que me gustan tanto las películas de gore.
Dicen que al nacer ya quedamos marcados de por vida y puede que sea cierto, puesto que nací con el pelo largo y así sigo en mis canosos 58.
A la edad de 2 años, padecí una enfermedad que me tuvo postrado en cama cerca de un año entero y que me dejó secuelas de por vida. A pesar de que los médicos hacían apuestas sobre cuanto tiempo sobreviviría, como buen Tauro que soy, me obstiné en seguir estando en el mundo de los vivos contra cualquier pronóstico y aún sigo obcecado en ello.
Eran tiempos duros y la miseria una compañera de viaje. Recuerdo los crudos inviernos en que se helaba el contenido del orinal que había debajo de la cama y el cristal de la ventana parecía un condensado de escarcha al que se me quedaba pegada la lengua en mis eternos experimentos por descubrir cosas de la vida y que tan malos ratos me han hecho padecer, como por ejemplo en mi edad escolar el descubrir que clavarme una pluma estilográfica en el dorso de la mano era el equivalente a hacerse un tatuaje a lo bestia y que dolía.
Debido a mi carencia física, también descubrí con fastidio que jamás podría jugar al futbol como los demás chicos ni correr nunca ninguna maratón.
Sin embargo descubrí que el ingenio podía sustituir algunas necesidades y si bien mis piernas nunca serían normales, bien podía desarrollar otras aptitudes que me ayudaran a andar adecuadamente por la senda de la vida, como saber esquivar a tiempo la campana de bronce que nos lanzaba en primaria la monja que ejercía de maestra y que tanta mala leche tenía escondida en su interior cuando se mosqueaba con los niños asistentes. Sin lugar a dudas eran otros tiempos, puesto que cuando me rompí parcialmente un diente por hacer de equilibrista sin serlo, mi madre me obsequió con un guantazo por imbécil en vez de consolarme y llevarme a una consulta odontológica.
También descubrí que para ver ciertas cosas en la lejanía, tenía que poner los ojos medio cerrados, pareciendo así de descendencia oriental. Mis padres se dieron cuenta de ello y hubo un tremendo disgusto familiar al tenerme que poner gafas a causa de una miopía que inoportunamente hacía disminuir los ingresos económicos en casa.
Estoy seguro de que entre mi temprana enfermedad y mi miopía fue el detonante principal y anticonceptivo de mi madre para que haya sido hijo único y nada consentido por cierto. También es verdad que era un niño bastante movido y que no hubiese sido ningún disparate que pareciera a los ojos de los demás por duplicado.
Otro gasto adicional para mis padres, fueron las abonos anuales de la piscina, puesto que los médicos les aconsejaron que debido a mi enfermedad debía practicar diariamente natación. Eso fue una de las primeras causas de vanidad personal, ya que acabé nadando muy bien y podía poner en ridículo a los demás niños “normales”.
En la edad escolar, fue cuando más cosas descubrí de la vida y que me marcaron para siempre, pero eso dudo en si puedo contarlo, ya que no fueron precisamente tiempos ni puros ni castos a pesar de que cada mes de mayo nos hicieran ir obligatoria y diariamente a misa para honrar a
En casa no eran demasiado religiosos que digamos, y más teniendo en cuenta de que mi madre por poco echa escaleras abajo al cura que en vistas de mi enfermedad quiso venderle una parcelita de cielo para cuando me muriese.
A muy temprana edad y seguro que más pronto de la cuenta, descubrí que mi pene servía para algo más que orinar, pero eso es ya otra historia.
Seguirá…o no.
(NOTA: Ese pequeño relato sobre mi niñez, es totalmente verídico de principio a fin.)
¡Cuántos cambios hemos vivido los cincuentañeros! Parece que hablemos de otro mundo y me has recordado "Los niños del coro" por la ambientación y la dureza.
ResponderEliminarEso sí Pep, basta que digas que no sabes si decir una cosa para que entren unas ganas locas de decirte "¡cuéntalo Pep por favor!, ¡cuéntalo!".
Y que sepas que has entrado en la competición de quien se lió a más temprana edad a jugar a papás y a mamás.
(me parece que la vamos a liar!! jejejeje)
E.R.
¡Qué bueno Pep! hasta las escenas duras hacen reir.
ResponderEliminarA E.R. le has recordado a Los Chicos del Coro, a mi a Las Cenizas de Ángela. Quizá la foto que has elegido ha ayudado a crear un ambiente así.
Espero que eso de que ya se verá si sigues o no sera broma, ¡tienes que contar más!
PD: Como te escuche mi abuela decir que la virgen es fea...
Darth
Bueno Pep, muy bien relatado.Aunque algunas partes son crudas, lo escribes de tal manera que se me queda una sonrisa en la cara.Una cosa:Tus dolencias debidas a esta enfermedad,entre otras cosas,te han hecho la persona que eres: un hombre cojonudo donde los haya.MUAKS
ResponderEliminarQuiero que sigas con la historia que entreabres al final jejejejeje
PETONARROS! I no canviïs mai!
Gracias chicas, pero es que no tenía otro remedio que tomármelo con buen humor, de lo contrario en la actualidad sería un amargado. Bueno, hubieron otros detalles que me hicieron la vida mucho más llevadera, jeje!!
ResponderEliminarJoder,Pep,que pasada
ResponderEliminarComo no sigas contando me va a entrar el mono
Carmen
Jope Pep, que vida más luchadora la tuya, con esas ganas de vivir y ese humor que tienes,algo que también nació contigo y por lo que veo, te acompañará por secular seculorum, amén.
ResponderEliminarA mi , personalmente me pareces un tio como la copa de un pino, como dirían los Frachutes...chapeau!.
Con carencias o sin ellas, da la impresión de que eras un "pinta" de cuidado.
ResponderEliminarPero...joder, has cortado donde la cosa se pone interesante.
No te hagas el duro, que ahora te toca el 2º capítulo, "Mi adolescencia", que todos leeremos con fruición.
ResponderEliminarSaludos, Pep.
Entrañable relato, Pep.
ResponderEliminarTu obstinación te ha convertido en una persona "normalmente" Extraorinaria.
Un abrazo.
Jo!! Pues parece que no ha sido un camino de rosas lo tuyo. Lo mejor es que lo tomas con humrs y que nunca lo pierdas.
ResponderEliminarCoincido con el resto, eres collonut Pep!!!
Ah!! También espero impaciente la siguiente entrega!!!
ResponderEliminarPep, he leido varios relatos tuyo y he de decir que eres el puto amo jajaja
ResponderEliminarSaúl Knox.
Pep...
ResponderEliminarQue agradable manera de escribir tienes, me has atrapado con tu relato _biografia...espero de verdad la termines.
seriamente deberias escribir un libro y te eseguro que tendrias mucho, o mas exito, del que has conseguido con tu pene...
un saludo Yo
Y digo yo que mi vida es dura PepTrempat, la mia es la versión de dulce y blanca de todas las vidas. Yo, Galaxia Pérdida.
ResponderEliminarGracias a todos. Me siento muy halagado y acabo de engordar un par de kilos.
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