Cuando Sean alcanzó la cumbre estaba sin aliento y con un dolor insoportable en brazos y piernas.La espalda y los hombros le dolían debido a la pesada mochila que había llevado a cuestas durante algo más de 5 horas.Le seguían, los hombres que habían capturado a su mujer y a su hija no pararían hasta cogerlo también a él y no podría llegar al pueblo del otro lado de la montaña para pedir ayuda.
Caminando agazapado porque el viento había ganado en violencia,cruzó la estrecha lengua peñascosa.Llegó un punto en que la nieve era ya tan espesa que su visibilidad quedó reducida a unos diez metros,o hasta menos cuando se desencadenaban las ráfagas.No caían copos sino verdaderas masas, y el frío era infernal.
Caminó unos 200 metros hasta encontrar un depósito de rocas erráticas a lo largo de la cresta de la cumbre y dejó caer su peso sobre el gélido suelo.Luego se sentó y abrió la mochila para sacar algo de la comida que le quedaba.Una lata de atún y un trozo de pan medio congelado debido a la temperatura.Desde esta posición podría ver si le seguian ya que la visibilidad era algo mejor.
Estaba empezando a comer cuando le sobresaltó un movimiento a no menos de 100 metros de donde se encontraba.Vio a dos figuras que se movían hacia él.Sean pensaba que podría descansar al menos diez minutos antes de que lo alcanzaran, pero no era así.Debía tomar una decisión pronto o su vida corría peligro.
Cogió su escopeta .El corazón le latía con rapidez , descompensado, mientras dirigía la mira hacia el lugar donde se veían las figuras.Vió un trecho a unos seis metros,en el que podría afinar la puntería sobre ellos.Les separarían solo unos 60 metros ahora,lo que significaba que cada bala se elevaría unos 4 centímetros una vez lanzada.Debía calcular bien el punto de impacto apuntando a la parte inferior del pecho para acertar el corazón.
Disparó.
La víctima dió un salto hacia atrás y cayó golpeando las ramas de un árbol y desencadenando un pequeño alud sobre su cabeza.Esto hizo que la segunda figura avanzara hasta el cadaver, cosa que le daba la oportunidad de otro disparo sin mucha dificultad.
Disparó nuevamente y acertó.Los dos cuerpos se encontraban ahora uno encima del otro.
Sean dejó la mochila en un rincón y bajó para asegurarse de que realmente estaban muertos.
Se acercó.
Los ojos le empezaron a lagrimear.Las dos personas que más quería en este mundo yacían muertas en la nieve.Habían podido escapar.
El viento amainó y la montaña quedó silenciosa tras el ruido de un último disparo.
¡¡Jopelines!! ¡Qué barbaridad! Me has dejado helada, y no es coña. Me esperaba un punch line pero no éste. Lo que pensaba al leerlo es que estabas hablando de algo que conoces, la montaña y también disparar. Muy creíble. Me daba como que era el relato de uno de los chicos. Me has sorprendido.
ResponderEliminarLa Ripley
Collons, Anna!! Quin final.
ResponderEliminarAy! Ya me has dejado mal sabor de boca para todo el día.
Magnificamente relatado, eso sí.
Como me ha enganchado, pero si llego a saber el final no lo leo... Jo!! Que triste!
ResponderEliminarShemba.
Pelín corto de vista nuestro héroe.
ResponderEliminarQue triste...
ResponderEliminarPero yo sé que eran balas de fogeo y se hacían las mueltas!! Jajajaja!
Mú güapo el relato.
MOrdisKito